«El Gigante enterrado» de Kazuo Ishiguro

Inglaterra en la Edad Media. Del paso de los romanos por la isla sólo quedan ruinas, y Arturo y Merlín, amados por unos, odiados por otros son leyendas del pasado. Entre la bruma todavía habitan ogros, y británicos y sajones conviven en unas tierras yermas, distribuidos en pequeñas aldeas. En una de ellas vive una pareja de ancianos Axl y Beatrice que toma la decisión de partir en busca de su hijo. Éste se marchó hace mucho tiempo, aunque las circunstancias concretas de esa partida no las recuerdan, porque ellos, como el resto de habitantes de la región, han perdido buena parte de la memoria debido a lo que llaman "la niebla". En su periplo se encontrarán con un guerrero sajón llamado Wistan; un joven que lleva una herida que lo estigmatiza; y un anciano Sir Gawain, el último caballero de Arturo vivo, que vaga con su caballo por esas tierras con el encargo, según cuenta, de acabar con un dragón hembra que habita en las montañas. Juntos se enfrentarán a los peligros del viaje, a los soldados de Lord Brennus, a unos monjes que practican extraños ritos de expiación y a presencias mucho menos terrenales. Pero cada uno de estos viajeros lleva consigo secretos, culpas pendientes de redención y, en algún caso, una misión atroz que cumplir. Sumando el viaje iniciático, la fábula y la épica, Kazuo Ishiguro ha construido una narración bellísima, que indaga en la memoria y el olvido acaso necesario, en los fantasmas del pasado, en el odio larvado, la sangre y la traición con los que se forjan las patrias y a veces la paz. Pero habla también del amor perdurable, de la vejez y de la muerte.

Una novela ambientada en un pasado remoto y legendario que vuelve sobre los grandes y eternos temas que inquietan a los seres humanos.

Año de publicación: Noviembre 2016

Sobre el autor: Kazou Ishiguro

Con este autor tengo una relación ambivalente. Para mí era un gran desconocido hasta que le fue concedido en 2017 el Premio Nobel. Tras ello salí a la compra de algo suyo para descubrir qué motivos habían llevado a este gran premio. De entrada descubrí que era el autor de "Lo que queda del día" cuya magnífica adaptación cinematográfica protagonizada por Anthony Hopkins me había encantado.

Primero me compré "El artista del mundo flotante", una bellísima e intimista reflexión sobre el paso del tiempo y el cambio en las costumbres, basándose en los recuerdos que salpican la vida cotidiana de un profesor. Bello, romántico y con un lenguaje cercano y sencillo , pero de una enorme profundidad.

Posteriormente pude disfrutar " Cinco historias de música y crepúsculos" Una colección de historias cortas que se basan en distintos instrumentistas y facetas de su vida. Situaciones actuales con cierta añoranza de pasado. La atmósfera sigue siendo intimista y es más importante para el autor profundizar en los sentimientos de los personajes que la acción real que sirve de vehículo para expresarlos.

Con ese bagaje me introduje en el gigante enterrado. Mis expectativas eran altas, puesto que los dos libros anteriores me habían llenado de sentimientos y ensueños.

Es la historia de una pareja anciana que deja la seguridad de su vida en una comunidad para ir a visitar a un hijo del que recuerdan poco y no tienen muy claro donde vive, porque la memoria de todos ha sido enturbiada por un agente externo. Lenguaje decimonónico, aburrido, acción inexistente, superficialidad en la presentación y evolución, tanto de la pareja protagonista como de los personajes que van salpicando su caminar. Presenta un mundo medieval con caballeros y dragones que no tienen mucho sentido ni saben qué hacen ahí. He tenido con hacer un esfuerzo importante para poder terminarlo y, por ahora, me ha quitado las ganas de avanzar en mi conocimiento de la obra de este autor.

Reseñado por Maite Morante

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