Revista España

El ‘gigante’ que descansa junto a Atocha

Por Manugme81 @SecretosdeMadri

Agustin Luengo, con 2,35 metros de altura fue uno de los españoles más altos de la historia. Su esqueleto se exhibe en el Museo Nacional de Antropología de Madrid.A escasos metros de la estación de trenes de Atocha, en el Museo Nacional de Antropología, podemos apreciar unos restos humanos que no dejan indiferentes a nadie, con sus 2.35 metros  este esqueleto perteneció a uno de los españoles más altos de la historia, Agustín Luengo Capilla, el ‘Gigante Extremeño’. Ésta es su historia.

Agustín nació en Puebla de Alcocer, Extremadura, en 1849. Desde muy pequeño su sobrenatural tamaño marcó el devenir de su vida. Sufría una alteración de las glándulas que hoy conocemos por acromegalia o gigantismo pero que en su época lo convirtió en poco menos que una atracción de feria.

Siendo todavía un niño, debido a su gran talla, en su humilde casa tuvieron que hacer unos agujeros en las paredes para poder ampliar y colocar las tablas de su cama. A los 12 años comenzó a trabajar en un circo donde era una de las atracciones estrellas. Fue de este modo como el monarca Alfonso XII supo de su existencia y se ofreció a regalarle un par de botas del número 52 que todavía se conservan.

El tamaño de este extremeño, del que decían era capaz de ocultar un pan de un kilo bajo una de sus manos fue en aumento, como su fama, llegando a alcanzar los 2 metros y 35 centímetros. Su vida sufrió un nuevo giro cuando el Doctor Velasco (otro personaje sobre el que circulan diferentes leyendas un tanto siniestras) lo conoce durante uno de sus viajes y decide hacerle una peculiar oferta. Le pagaría un total de 3.000 pesetas (un dineral por entonces) a razón de 2.5 pesetas al día a cambio de que Agustín le cediese su cuerpo una vez muerto.

El extremeño aceptó la suculenta propuesta y con la vida ya solucionada, como el que dice, se desplazó a Madrid donde comenzó a llevar una vida libertina y un tanto caótica. Esto llegó a los oídos del Doctor Velasco quien preocupado advirtió a Luengo que mirase más por su salud. La respuesta de éste no pudo ser más clara. “¿Por qué se preocupa? Cuanto antes muera, antes podrá exhibirme en una de sus vitrinas”.

Las palabras de Agustín tuvieron un efecto profético y poco después, el 31 de diciembre de 1875, fallecía a los 26 años víctima de una tuberculosis ósea. El Doctor Velasco terminó de pagar el dinero restante a los herederos de Agustín y pronto exhibió el esqueleto del ‘gigante’ junto a una enorme escultura de  escayola del propio Agustín. Casi un siglo y medio después, los restos de este singular hombre siguen expuestos como uno de los objetos estrella del museo.

Agustin Luengo, con 2,35 metros de altura fue uno de los españoles más altos de la historia. Su esqueleto se exhibe en el Museo Nacional de Antropología de Madrid.

Vaciado de escayola de Agustin Luengo que se puede ver en el Museo Nacional de Antropología de Madrid

Vitrina que contiene los restos óseos de Agustín Luengo y que se puede ver en el Museo Nacional de Antropología de Madrid

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