El ganador de esta edición del prestigioso premio del Gilipollas de la Semana es un islandés de nombre desconocido, pero eso no es un obstáculo para que reciba nuestro galardón. Te pongo en situación: un par de amigos están cenando en un restaurante de un hotel de lujo en Islandia, durante la comida se ponen hasta las trancas de alcohol y a la hora de pagar la cuenta se niegan a pagar uno de los postres que habían pedido.
El dueño avisa a la policía que al ver el estado en el que se encuentra nuestro galardonado, decide llevárselo a la comisaría, y le dejan en la celda hasta que se le pase la borrachera. Al día siguiente, cuando ya iban a ponerlo en libertad descubren que se había comido parte del colchón de la celda.
Al juez que atendió al detenido no le hizo gracia la explicación. El detenido explicó que durante la noche tuvo hambre y como no le llevaron comida se comió lo primero que encontró. No le importó ni siquiera la funda de cuero que lleva el colchó para mantenerlo lo más higiénico posible pese al uso intesivo que se hace de esas instalaciones. El juez no tuvo piedad y le puso una multa de 20.000 coronas (unos 120€) por los daños causados, mucho más de lo que le habría costado el postre del restaurante.
Por esta razón, por ser tan gilipollas, le damos el galardón del Gilipollas de la Semana, que pronto llegará a su edición número 100. Algo tendremos que hacer para celebrarlo.