El Sr. Rubalcaba se descuelga ahora con medidas tan populistas como próximas al perogrullo: Que paguen más los que más ganan. La verdad es que el sistema progresivo que se aplica en el impuesto sobre la renta de las personas físicas, contempla ese extremo desde antes que Alfredo Pe punto se dedicase a la política; ajustar los porcentajes de cada tramo es labor del gobierno de turno, según las necesidades económicas y otros parámetros que desconoce quien escribe. En cuanto a los grandes capitales, seguirán recibiendo el trato de favor que tuvieron durante el gobierno del leonés errante, que no hizo absolutamente nada para evitar los SICAV y otro tipo de productos, cuya traducción sería, más o menos: “Me quedo con un pequeño porcentaje de algo, que siempre es más que una gran parte de la nada”.
Este giro a la izquierda solo se justifica por lo que comentamos hace dos días en este mismo espacio: La presencia de un Gómez más dedicado al país que a su comunidad autónoma, en la que una Esperanza le resta tanto poder como protagonismo, y las miras del toledano (habitante de Toledo) siempre han sido elevadas.
En definitiva: El discurso de Rubalcaba, como el de todos los políticos, se centra no en las necesidades del pueblo al que reclama el voto, sino en la coyuntura interna del partido y los intereses políticos personales de sus dirigentes. La conclusión es sencilla: Esta gente hace tiempo que ha dejado de formar parte de la solución para serlo del problema.