El glamour de la bata blanca

Las batas blancas en las series. Existen pocas prendas de vestir menos favorecedoras que las batas blancas. Sin embargo, en las series de televisión son uno de los elementos preferidos a la hora de vestir a un personaje. Gracias a ellas, los médicos en las series de televisión desprenden un halo de glamour pocas veces visto en el mundo real.

Médicos y amantes. Eso es lo que parecen querer decir silenciosamente las batas de médico de las series. Utilizadas como un elemento estético que aporta más glamour que otra cosa, son muy importantes a la hora de caracterizar a un personaje que se dedique a este sector. Meredith Grey (Ellen Pompeo) no sería la protagonista de ese culebrón adolescente desarrollado en un hospital si no fuera por su bata. Y es que si normalmente resultan favorecedoras cero en la vida real, se ve que el departamento de costura del Seattle Grace se esmera en dar buena imagen de sus médicos.

Pero a veces la bata deja de tener el glamour que se le pide para pasar a ser un problema.  Y si no que se lo digan a la Margarethe Haase, la rubia pechugona protagonista de Diario de una doctora. La serie alemana protagonizada por Diana Amft narra la historia de una médica que se acaba de separar de su novio y tiene problemas de peso y claro, nada más llegar al hospital, le estalla uno de los botones de su bata.

El ‘Caso House’ corresponde a un modelo completamente diferente, y no sólo por el cambio de percha de la voluptuosa rubia al flaco inglés, sino porque si bien en las series de médicos la bata es un elemento más a la hora de recrear al personaje, en House es impensable que su protagonista la lleve, o al menos muy difícil. En este caso, la bata deja de ser un elemento meramente estético para convertirse en uno opresor, para visualizar cuando se le obligaba a hacer algo que no desease.

Pero no os preocupéis, mis florecillas del bosque, porque si queréis ser los más glamurosos del hospital, no hacen falta que descubran vuestras fotos como modelo de lencería y las pequen en el hospital (como le pasó a Katherine Heighl en Grey’s Anatomy), ni tampoco tenéis que llevar bastón o buscaros una talla menos, qué va. El truco está en irse a Seattle a hacer la residencia, ya que al menos según las series de televisión, allí los hospitales son mucho más estéticos que aquí.