Pues sí, por mucho que lo nieguen, ahí están, siguiendo los consejos más conservadores han decidido dejar abierta la posibilidad de ampliar el plazo de los cuarenta años de vida de las centrales nucleares. Han introducido una enmienda por la cual se puede aumentar ese periodo, si la central “está en condiciones”.
O sea, para saltarse la ley de los cuarenta años, la han enmendado. Y así, poder seguir con las centrales por tiempo indefinido.
Cada vez hay menos cosas que separa a este gobierno de la derecha dura y pura. En la economía ya lo habían demostrado claramente, en lo social se quedan a mitad camino y ahora tanto hablar de sostenibilidad y de energías renovables y resulta que quieren potenciar la energía nuclear. Una energía peligrosa, que ya ha dado algunos sustos, con unos residuos indisolubles, con riesgo directo sobre personas y cosas, y peligrosas dianas para atentados terroristas y, sobre todo que puede ser reemplazada, sin grandes problemas.
Pues ahí le tienen. Dando más bandazos que un coche con tres ruedas. Y, qué casualidad, siempre los da en la misma dirección: a la derecha. Es como si hubiera empezado a gobernar totalmente vestido con prendas de izquierda y cada cierto tiempo se quitara una prenda. Hoy Zapatero se ha desnudado del todo y ahí le tienen, es más de derechas que el grifo del agua fría.
Naturalmente esta enmienda ha sido apoyada por PP, PSOE, CiU y PNV, o sea toda la derecha parlamentaria. Claro que el PSOE, sabiendo que esto puede, de nuevo, dejar sin razones a sus votantes, ha declarado que no hay intención de prorrogar nada, pero ¿para qué, se corrige la ley? ¿por qué no dejarla como estaba, si no se va a prorrogar más la vida de las centrales, después de 40 años?
Para esto no tienen respuesta. Otra medida más que significa otra tarea que se van a encontrar hecha, Rajoy y sus muchachos, cuando lleguen a la Moncloa.
Mientras, ayer mismo, en protesta por varios fallos que se vienen produciendo (este año ya van dos) en la central de Cofrantes, veinte activistas de Greenpeace se encaramaron a la torre oeste de refrigeración de la central de Cofrentes, para reclamar el cierre de la central, puesto que su permiso de explotación vence el 19 de marzo.