Flavia Riggione
Si, lo afirmo, lo creo sinceramente. Me refiero a las políticas que está aplicando en esta grave situación mundial de la pandemia. Me refiero al combate contra el coronavirus covid 19. Mientras que los gobernantes en otros países del mundo occidental se lo tomaron a la ligera y desestimaron la gravedad de asunto y lo que se les venía encima, nuestro gobierno, supo, entendió, tuvo la visión y la sabiduría, para saber qué hacer, cómo moverse. Y ya desde el viernes 13 de marzo, al aparecer el primer caso contagiado por virus, precisamente proveniente de España ahora bajo fuego, inmediatamente colocó al estado Miranda en cuarentena, para dos días después pedírselo a todo el país.
Y los otros países, que no tuvieron la suerte de tener un gobierno alerta, lloran ahora centenares de muertos, miles de contagiados, y una epidemia que recorre sus territorios sin clemencia. Y me refiero a que nuestro gobierno tiene una visión de futuro, está preparado para cualquier confrontación, ha estado bajo asedio intenso desde el 2013, con amenazas internas y externas, con güarimbas continuas, con opositores prestos a ser títeres de otros países, a montar teatros de calle que, incomprensiblemente, gobernantes como los de la Unión Europea, que se supone inteligentes, no perciban. Ellos acostumbrados a obras teatrales únicas, famosas en la historia, a los bufones y marionetas, son ahora partícipes de estas patéticas payasadas.
Y hay que ser generosos en reconocerle al gobierno bolivariano su gran capacidad, su preparación, determinación, sus acertadas decisiones en esta materia de salud. Y en lo personal no pierdo ocasión, con familiares en Italia, en New York, amigos en España, Chile, Ecuador, en informarles que, gracias a mi presidente, Maduro, la pandemia en Venezuela está bastante controlada, nos pusieron en cuarentena desde el primer momento, cuando se debía, a pesar del cielo azul, el clima caliente, y los aires primaverales. A pesar de tener únicamente dos casos de contagio.
Y cómo molesta la mezquindad de algunos personeros de la oposición, de algunas corrientes de opinión buscando el “pelo en el huevo”. Que si ocultan casos, que esta pandemia les vino como anillo al dedo, etc. Y molestan también las cartas pidiendo al Gobierno participación de la “sociedad civil”, esa expresión de la sociedad que se volvió famosa en la huelga del 2002 y que condujo al golpe de estado. Unas cartas firmadas por muchos, personas importantes y no tanto, por ¡la conferencia episcopal!, exigiendo más inclusión en las decisiones de las políticas sanitarias, para vencer juntos esta pandemia. No los necesitamos. El Gobierno está dando señales concretas, hechos, actos visibles, con resultados ejemplares, si los comparamos con lo que acontece, por ejemplo, sin salir fuera de nuestro continente, en Ecuador, donde vemos con horror que los muertos son quemados en las calles.
Y admiro, de todas maneras, la humildad sempiterna de nuestro Presidente Maduro, que invita a una gran reunión nacional, con voceros de la oposición y de la sociedad, reunión que, me parece, no se ha todavía realizada.
Pero por favor, no pidan la intervención de Guaidó y de su compañía, para optar a financiamientos externos. Ya los venezolanos todos, medianamente informados, con cierto grado de inteligencia, deberíamos saber que se trata de un ladrón con sus secuaces. Se trata de un títere que se ríe detrás de su máscara, se trata de un venezolano que le hace mucho daño al país, y a quien deberíamos, por honor, retirarle esa nacionalidad. No lo incluyan en esas cartas de la supuesta “sociedad civil” que giran por ahí buscando firmas. Y que Vladimir Villegas promociona desde su espacio.
Si, Luis Fuenmayor, con todo el respeto que me mereces, este Gobierno Bolivariano lo está haciendo muy bien, en un estado de emergencia como el que estamos confrontando con la pandemia. Y sometidos además a desenmascarados golpes de estado desde Colombia, a prácticas militares en el Caribe, que como bien lo reconoces, no son para atrapar narcotraficantes inventados por ellos mismos, sino para deponer al Gobierno y seguir teniendo a Venezuela como su patio trasero. Eso sí, lleno de petróleo y mucho oro. ¡No lo lograrán!
Profesora e investigadora (J) Titular de la UCV.
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