Revista Economía

El gobierno de los peores.

Publicado el 08 septiembre 2013 por Torrens

Cada vez que oigo al Sr. Rajoy o algún miembro de su gobierno o partido ponerse medallas por haber sacado a España de la crisis se me revuelve el estómago. Si nuestra economía puede haber llegado al fondo del pozo de la crisis, cosa que está por ver y veremos en octubre-noviembre, ha sido gracias al inmenso sacrificio de la ciudadanía y a las pequeñas y medianas empresas y empresarios que han tenido que reinventarse y aumentar su competitividad luchando contra viento y marea, sin ninguna ayuda realmente eficaz por parte de una Administración Pública que no ha sido capaz ni tan solo de aminorar la montaña de trámites absurdos que ahoga a nuestras empresas, y sin crédito bancario, porque en estos asuntos en España no manda el gobierno sino los grandes bancos.

En primer lugar no es España sino toda la Eurozona quien puede haber tocado fondo y se dan indicios de que se puede estar produciendo una lenta recuperación, pero que cualquiera de sus gobernantes se ponga medallas, teniendo en cuenta la forma dura, lenta y absurda en que lo han conseguido es más absurdo todavía.

Lo único que han hecho el anterior desastre socialista y el actual desastre popular es lo que les mandaban, al 100% en lo que afectaba a la ciudadanía, y un poco por encima, para dar la impresión de que hacían algo, en lo que se refiere a la Administración Pública. La Sra. Vicepresidenta dijo hace unos días que a fin de año se habrá completado la mitad de la reforma de la Administración Pública, y si dicha reforma fuese la que en realidad precisa el país, según la Vicepresidenta sería deforme, con una segunda mitad algo así como 100 veces mayor que la primera mitad.

Lo que me sulfura, si realmente la crisis está finalizando, es que ni unos ni otros ni nadie habrán aprovechado la ocasión para reformar nuestra desastrosa Administración Pública, y además han demostrado claramente que les trae absolutamente sin cuidado.

A la fuerza hemos de soportar hasta que nos hartemos, y quizás el tema concluya de mala manera, con una Administración Pública ineficaz y despilfarradora, a todos los niveles, municipal, de CCAA y de Administración Central, con miles de altos cargos perfectamente inútiles pero muy bien pagados y compensados; para la que la Democracia no es la voluntad del pueblo expresada en las urnas, sino una forma como cualquier otra de asalto al poder; que trata al ciudadano como súbdito cuya única función es obedecer, que en ocasiones se obsesiona por respetar los derechos humanos pero que niega los mínimos derechos del ciudadano frente a la Administración de que disfrutan los de cualquier país civilizado, que cuando quiere cortar hábitos ilegales de buena parte de sus súbditos, en vez de perseguir a los infractores establece normas generales que casi siempre acaban perjudicando más a los que cumplen las normas que a los que no las respetan; que cuando recorta gastos en educación, sanidad, investigación y cultura demuestra menos sensibilidad que un matarife recortando las tripas de una res; con gobiernos que en vez de proteger al ciudadano obedecen incondicionalmente a las empresas de servicios que nos estafan diariamente apoyadas por la Ley, obediencia que abre el camino para que al dejar el cargo nuestros ministros puedan disfrutar de adecuadas compensaciones en forma de empleos de poco trabajo y mucho sueldo en esas mismas empresas estafadoras, que después de practicar este tipo de corrupción no le dan importancia a la corrupción normal que siempre es algo que afecta solo a los demás y contra lo que no vale la pena luchar; una Administración que jamás decide las inversión en infraestructuras en función de la riqueza que generan para el país o el servicio que prestan a una mayoría de ciudadanos sino en base al punto geográfico en que se construyen y a quien pueden beneficiar. Y paro aquí para no irritarme e irritar más. Parece ser que toda esta porquería está aquí para quedarse.

¿Queréis ejemplos de lo que acabo de soltar?, ahí van dos muy recientes:

Primero. El pasado miércoles 4 y con toda la pompa y boato que permiten las actuales circunstancias, la Ministra de Fomento Doña Ana Pastor y Artur Mas anunciaron la puesta en marcha del proyecto que llevará el transporte ferroviario de ancho europeo al puerto de Barcelona. Hace más de 10 años, en el 2002 ya se llegó a un acuerdo similar que debía estar concluido en el 2008, pero en ese año no se había ni tan solo empezado a redactar el proyecto. Poco después se revitalizó el acuerdo cuando el Puerto de Barcelona inició la construcción de la nueva terminal de contenedores, y coincidiendo con que Hutchison, empresa de Hong-Kong líder mundial en transporte marítimo tomó una posición mayoritaria en la empresa que explota la terminal, el Ministerio se comprometió a tener al menos la primera fase completada cuando también se pusiese en marcha la primera fase del proyecto de la terminal. Esa primera fase de la terminal de contenedores de Hutchison se puso en marcha en septiembre 2012, después de tres meses de funcionamiento en pruebas y una vez más en el Ministerio de Fomento no habían empezado ni tan solo a escribir el proyecto, porque habían estado muy ocupados cumpliendo los plazos de varias líneas de AVE como las de Extremadura y Galicia que no se amortizarán ni en un millón de años. Según el acuerdo que se anunció el pasado miércoles se va a construir para finales del 2015 poco más de la mitad del proyecto, aunque quedarán pendientes cerca de 200 millones de inversión porque solo se construye el acceso y el tendido de vías de la zona de carga y descarga, pero no se completa el bucle de salida que queda para el futuro, si es que llega algún día. Además ahora el proyecto será financiado al 50% por el Ministerio y el Puerto de Barcelona. El asunto es todavía más grave de lo que parece a simple vista porque todos los puertos competidores de Barcelona y Valencia en el Mediterráneo occidental, en la carrera para posicionarse como puerto de transito del rápido crecimiento de las mercancías que desde Asia llegan por buque a través del Canal de Suez con destino al centro de Europa, nos llevan considerable ventaja por culpa del Ministerio.

Brillante gestión ¿verdad?. De todas formas hay razones que justificarían al Ministerio, porque no hay duda que tanto por sí mismo como a través de las ventajas que aporta a la exportación este es un proyecto muy importante en cuanto a la generación de riqueza para el país y si algo está claro, como han demostrado en infinidad de ocasiones con el Corredor Mediterráneo, es que en el Ministerio de Fomento consideran la generación de riqueza de un proyecto como un criterio de muy mal gusto, sobre todo cuando esta riqueza se genera en el litoral Mediterráneo, lejos de Madrid, territorio que también es España, pero menos.

Segundo. En los primeros días de septiembre se anunció que la Comisión Nacional de la Competencia (CNC), seguramente como último acto autónomo antes de pasar a formar parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, esa gran Comisión que agrupará todas las poco más que inútiles comisiones de  supervisión de este país, había abierto un expediente sancionador a todas las empresas del sector de Automoción por pactar precios, condiciones comerciales y de servicio e intercambiar información sensible. El expediente es el de mayor volumen jamás abierto por la CNC y el primero que abarca todo un sector. Según la opinión expresada por casi todos los expertos el expediente se inicia en base a una denuncia y sin una sola prueba, por esta razón será decisivo el trámite por el que los denunciados deberán aportar los datos y la información que requiera la CNC durante un período de 18 meses, y al concluir este plazo la CNC tomará su decisión, que de concluir en una sanción, esta podría ser equivalente al 10%  del volumen de negocio anual de cada empresa. Si finalmente esta rocambolesca historia acaba en sanción y esta es por el máximo mencionado, ya se ha anticipado que será la mayor sanción jamás impuesta por un organismo regulador o supervisor.

Dos aclaraciones antes de dar mi opinión sobre esta burrada pública: primero, el sector de la automoción es de los más importantes entre los que aportan más empleo al país, tanto directamente como a través de la industria auxiliar; y segundo, hace años y durante varios fui director financiero de Motor Ibérica S.A. y mientras tenía dicha responsabilidad el sector sufrió otra crisis, no tan grave como la actual, cuando al gobierno se le ocurrió establecer las llamadas tarjetas de transporte que durante casi dos años limitaron a las reposiciones la venta de camiones ligeros y furgonetas, y puedo poner la mano en el fuego al afirmar y garantizar rotundamente que cuando la situación del mercado es normal pueden darse, y se dan, este tipo de acuerdos contra la competencia, pero en medio de una dura crisis el criterio es SÁLVESE QUIEN PUEDA, y denunciar este tipo de acuerdos en este momento es un chiste malo aparte de una inmensa demostración de irresponsabilidad.

En lo que se refiere a mi opinión, solo diré que si fuese cuarenta años más joven y estuviese trabajando en las cadenas de montaje de Seat, Renault, Ford, o cualquier otro fabricante, estaría dedicando mi tiempo libre a preparar la revuelta que acabe de una vez por todas con esta Oligarquía irresponsable, ciega, explotadora, privada del más mínimo rastro de inteligencia y codiciosa, que pone en peligro una vez más mi puesto de trabajo por una soberana estupidez, cuando yo estoy pagando la electricidad mucho más cara que en el resto del continente, por un servicio de baja calidad, que cuando intento salvar el escollo produciendo mi propia electricidad con métodos limpios me lo impiden con tasas y recargos, que encima dicen que les debemos 26.000 millones, que cuando recibo los extractos bancarios compruebo que pago tres veces más de comisiones que en el resto de Europa y encima veo que autorizan publicidad que me dice que si abro una cuenta o pido una tarjeta me puedo olvidar de las comisiones bancarias, cuando en realidad las únicas que me perdonan son las de apertura de la cuenta o la tarjeta pero después me fríen a fuego lento con el resto de comisiones, que perdí todos mis ahorros por una estafa montada, autorizada y apoyada entre oligarcas que se llamaba preferentes, que todavía debo pasar por el peaje en autopistas que hemos pagado ya varias veces, y frente a estos y otros muchos intentos incesantes de los oligarcas de arrebatarme la mayor parte de mi cada vez más modesto sueldo mediante abusos que deberían ser ilegales, los mismos imbéciles que ponen mi puesto de trabajo en peligro por una estupidez, y que se supone que deben velar porque la competencia funcione sin obstáculos y sirva para evitar abusos, callan, ni una sola vez han actuado contra los malditos que ordeñan mi nómina y no solo no acaban con los abusos sino que los apoyan. Creo que ha quedado claro ¿verdad?.

Lo dejo aquí para no aburriros más, pero en las siguientes notas me referiré a los que, desde la U.E. y otros lugares, se supone que felicitan al Sr. Rajoy por lo bien que lo ha hecho, los mismos que nos han impuesto sus inmensos errores que ahora estamos pagando todos, y lo demostraré con el caso de Grecia, utilizando algo tan simple como la aritmética y dejaré que las cifras hablen por mí.

 


EL GOBIERNO DE LOS PEORES.

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