El Gobierno español reduce la subvención al transporte de los residentes de Canarias y Baleares

Llega la Semana Santa y con ella, gracias a los días festivos que alargan el fin de semana que se acerca, la opción de viajar, salir fuera y conocer mundo. A no ser que sea usted residente canario o balear. Así es, a partir de ahora salir de la isla donde vive amigo no peninsular (y ahora hablaremos de ese término), no será tan fácil gracias a la nueva medida de recorte aprobada el pasado viernes por el Consejo de Ministros del Gobierno de España. Iniciativa, por cierto, que aseguran no afectará a los Canarios.

65 millones de euros menos en la subvención al transporte a los residentes de Baleares y Canarias fue uno de los recortes que ha aplicado el Estado en la criba previa a la Semana Santa y que además ha dejado la escalofriante cifra de 27.000 millones menos para el presupuesto de este 2012. Y aunque las cifras distan tanto una de otra, lo más comentado en la red social twitter no fue el recorte general del Estado, no, fue el exilio forzoso al que se verán sometidos los isleños tras la decisión del Gobierno aunque, insisto, se empecinen en decir que no será así.

Y es curioso que una medida de ajuste tal salga a la luz justo después de que, unos días antes el Ministerio de Fomento decidiera crear un observatorio, que no es un complejo de control y examen de las estrellas, sino un grupo de señores que evaluarán el incremento de los precios en las tarifas aéreas tras el cierre de la compañía Spanair y que nace para evitar que los que vivimos en un archipiélago paguemos unos precios injustos.

Lo que aún no acabo de entender, y estoy seguro de que muchos isleños tampoco, es por qué puede que se nos someta a un exilio obligado con una medida como esa que supondrá, si cambia el discurso inicial y como no me fío seguro que cambiará, la subida del precio de los billetes para todo aquel que desee salir de su amada porción de tierra. Y quizá en Baleares no lo sufran tanto ya que no están tan lejos de la península y sí pueden entrar dentro del rango de cuasi-peninsulares ya que no les es tan difícil llegar en barco. No como nosotros que nos hemos convertido de la noche a la mañana en “no-peninsulares” y quién sabe si “menos españoles” por simplemente vivir más lejos.

Eso sí, que no se esperen aquellos políticos que han formado parte de este ultraje y que han casi condenado a los canarios a un exilio forzado y a vivir alejados del reino de los íberos, que les recibamos con los brazos abiertos cuando vengan a disfrutar de nuestras playas y nuestro clima en sus vacaciones porque si nos han vuelto a colocar con esta medida, como viéramos en los mapas del colegio del siglo pasado, debajo de Baleares en un cajetín, si nosotros no podemos salir, quizás ellos tampoco se atrevan a entrar.

Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…