La finca La Angorrilla.
El Gobierno "desmiente las informaciones inveraces quele afectan" en relacion a la princesa Corina, la amiga confidencial del rey, quien participara, según su propia confesión publicada en la prensa, en asuntos clasificados, delicados y confidenciales. En respuesta a las preguntas de dos dipugados de IU, dice que interponer acciones legales contra la amiga de Juan calos no iría en el "inte´res genetall". Esa es la conclusión que se puede sacar de la respuesta de tres líneas quereicibió José Luis Centella, portavoz de IU en el Congreso, quien, junto al diputado Alberto Garzón, presentaron el 20 de marzo una bataría de preguntas sobre el tema, tras la exposición que hizo a puerta cerra el director del CNI, Féliz Roldán.En su artículo “El ejemplo de Beatriz de Holanda, sin ocultaciones, silencios ni cinismos”, publicado en Vozpópuli, Federico Castaño escribe que la responsabilidad sobre nuestro país debe recaer en las manos de nuevas generaciones. “Más naturalidad no se le puede pedir en un país que también tuvo sus agujeros negros: Beatriz se casó con un aristócrata alemán que colaboró con las juventudes hitlerianas mientras el padre de Máxima, la futura reina, fue alto cargo en la dictadura argentina de Videla. A finales de abril, la monarquía holandesa afrontará el relevo envuelta en el cariño de la mayoría de los ciudadanos. No es el espejo de la Casa Real española, que hace ya tiempo, mucho antes de la accidentada cacería de elefantes en Botsuana, empezó a cotizar a la baja en el estado de ánimo de la población… Si los apuros perduran, como es previsible, y su imagen sigue deteriorándose, el debate terminará instalado entre Monarquía y República y no entre padre e hijo como algunos optimistas intuyen ahora.
La finca La Angorrilla, situada en el monte de El Pardo (perteneciente a Patrimonio Nacional), sólo tiene un acceso por el Palacio de la Zarzuelay, según los vecinos de la cercana colonia madrileña de Mingorrubio (entrevistados por la cadena 13TV, que desveló la información), fue utilizada por la autodenominada “amiga entrañable” del rey durante esos cuatro años y reformada y adecuada con el presupuesto de Patrimonio Nacional para uso exclusivo de la alemana y su hijo. Juan Carlos de Borbón ordenó rehabilitar la casa de la finca de El Pardo para vivir allí a partir de 2006. Corinna zu Sayn-Wittgenstein se alojó en calidad de invitada del monarca. La vivienda también acogió a otros invitados del jefe del Estado, así como encuentros con amigos y personas de su máxima confianza.
La Angorrillano se rehabilitó completamente y mejoró para Corinna zu Sayn-Wittgenstein, sino para el propio rey Juan Carlos, que buscaba un entorno más privado para vivir que el palacio de La Zarzuela y en donde el monarca y sus visitas pudiera moverse con absoluta independencia. La casa, sin embargo, aunque se había sometido a alguna reforma, no estaba en condiciones de ser la vivienda habitual del monarca. Por ello, a partir de 2006, cuando el rey decidió independizarsede La Zarzuela, su familia y sus trabajadores –y cuando su “entrañable amistad” con la alemana empezaba a consolidarse–, se inició una rehabilitación casi integral de la vivienda y el monarca pasó a habitarla con regularidad. Allí, con el rey de anfitrión, se alojó Zu Sayn-Wittgenstein cuando viajó a Madrid, al menos durante cuatro años seguidos y alguna escapada puntual más. Pero por allí también han pasado otros invitados, amigos o gente de la máxima confianza del monarca; asimismo, Juan Carlos de Borbón ha celebrado en su casa de La Angorrilla reuniones de ocio o, incluso, algún despacho de trabajo de carácter más confidencial al que no deseaba dar mucha o ninguna trascendencia.
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Aviso: siguiendo el (buen o mal) ejemplo de sus señorías de las Cortes que se han tomado un “puente” de doce días, así como el macropuente festivo de la comunidad de Madrid realizado tanto por la Corona y el Poder Judicial como por el Congreso y el Senado, anuncio que esta web permanecerá cinco días inactiva, hasta la semana que viene. Aunque el verdadero motivo de mi ausencia no es el descanso sino un largo viaje que pienso efectuar durante estos días que, sin duda, me acercarán a los tiempos de mi juventud. Así que advierto: desde mañana hasta la próxima semana estaré ausente… Un saludo a todos los que tienen por costumbre visitarme y hasta entonces.