El Gobierno salvadoreño cree que el Convenio de la OIT debe ser discutido por todos los sectores

El Salvador fue uno de los países que se abstuvieron de votar por la adopción del “Convenio sobre el trabajo decente para las trabajadores y trabajadores domésticos”.
De cuatro representantes salvadoreńos, tres se abstuvieron. El ministro de Trabajo, Humberto Centeno, dijo a Diario El Mundo que aún estudian el documento junto a la Secretaría Jurídica de la Presidencia de la República.
El pasado 16 de junio, en la 100a. Conferencia Internacional del Trabajo, en Ginebra, Suiza, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se votó por el Convenio. Hubo 396 votos a favor, 16 en contra y 63 abstenciones.
De acuerdo al acta de votación, un representante de Brasil que votó a favor dijo que mostraban al mundo que “tienen la conciencia social necesaria para ofrecer protección a millones de trabajadores de todo el mundo que, en muchas ocasiones, han sido considerados ciudadanos de segunda clase”.
Una representante del gobierno de El Salvador pidió la palabra. Dijo que el gobierno compartía la preocupación de los Estados Miembros de la OIT y reconoce la necesidad de mejorar las condiciones de las trabajadoras domésticas, pero que el gobierno se abstenía de votar ante la “necesidad de que este Convenio sea discutido más ampliamente entre todos los sectores de la sociedad salvadoreńa”.
La viceministra de Trabajo, Anita de Buitrago, confirmó esta posición. La funcionaria considera que, en primer lugar, el trabajo doméstico es un tema sensible.
Según Buitrago, El Salvador participó en la elaboración del documento, que busca aumentar los derechos de las trabajadoras domésticas.
Pero aseguró que se decidió posponer su incorporación, no porque se considere innecesario o intrascendente para la mujer, sino porque consideran que falta que discutir algunos aspectos.
“Es importante más participación más directa y activa y fortalecer y dar paso a participación de sectores empresariales, laborales del gobierno”, afirmó.
La idea, dijo, es que las mujeres gocen de los mismos derechos de trabajadores en cualquier otro campo, pero ello implicará elevar el salario, incorporarlas al ISSS de forma obligatoria –actualmente es voluntario– y adecuar las horas de trabajo. “Es importante involucrar personas que las contratan que necesitan ser escuchadas y dar esa oportunidad”, afirmó. Al aprobar el Convenio, es necesario someterlo a consideración de la Asamblea Legislativa.

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