El Golem (1920) es en realidad una trilogía, inaugurada en 1913, que pone en evidencia hasta qué punto Alfred Wegener (su director) estaba obsesionado con esa criatura de arcilla, material y falto de espíritu que protagoniza una leyenda alemana que Gustav Meyrik hizo novela.El tercer y último episodio de la saga es el único que la actualidad conserva y es, además, al que Wegener debe su prestigio de auténtico expresionista (García Ortega, 2013).
Ambientada en una Praga de alambres y yesos desproporcionados (montada sobre el predio de la UFA) el film se introduce de lleno en una costumbre judía de 1580: la de jugar a ser dioses que fabrican un ser a (algunas escalas más grandes que) su imagen y semejanza, entidad que se activa por cábalas (es decir a partir de fórmulas secretas que involucran a Dios y a las letras de su nombre); se enamora (se humaniza). Es rechazado y enfurecido hace que el gueto que lo concibió se atenga al poder de su magi, una magia de la que se esperaba protección y amparo pero- como suele suceder con algunas progenies- una vez que descubre su fuerza se convierte en un peligro que sólo consigue destruirlo todo.Les dejo el link por si quieren disfrutar la peli