Te conocí un día de Mayo, un dia de esos en los que te levantas reprochandote a ti mismo por un día más de existencia, cuando sigues y sigues intentando interminablemente de viajar y no necesariamente a otro lugar de la tierra. Esos días podían ser más amargos que el café o simplemente volverse desesperadamente perpetuos, tener que soportar a los monstruos que alborotaban tu cabeza y te hacen perder la cordura.
Justo en el momento en que mi alma sollozaba la existencia de mi vida, vi pasar el amor frente a mis ojos , el amor tenía unos ojos negros como la oscuridad infinita y un manto de piel morena que le cubría el alma.
Desde el primer momento en que accedí a él, supe que me lancé a un precipicio del cual nunca podría salir, supe que siempre estaría esclavizada a esos malditos ojos que me causaron insomnio, pero a pesar de saber el riesgo, tome valor, corrí tan rápido que se desgastaron mis pies, sudé tanto que mi cuerpo se volvió mar y me tiré al vacío. Sentí una felicidad tan inmensa por primera vez , podía volar, podía morir y resucitar, podía hacer todo lo que yo quisiera, sin reproches, sin miedo, hasta que … caí, caí de la manera mas brutal, me rompí los huesos, me dolió tanto que mi alma se quebrantó y lloró como jamás lo había hecho, pero no me arrepentí, porque a pesar de que fué algo tan pasajero, dudo que alguien más pueda saber lo que el amor me hizo sentir alguna vez.