Una escultura de cuatro metros y medio de altura – obra del escultor József Zalavári (2017) – en el Centro Corvin (Szigony, 27 de Budapest) – representa un gömböc, el singular sólido convexo con un único punto de equilibrio estable y otro de inestable.
Una figura plana cerrada homogénea convexa tiene dos puntos de equilibrio estable y otros dos de equilibrio inestable. La superficie interior de una elipse lo ilustra muy bien: los extremos del eje menor son puntos estables y los del mayor serían los inestables.
En 1995, el matemático Vladímir Ígorevich Arnold lanzó la pregunta de si existiría un cuerpo sólido homogéneo y convexo que poseyera dos puntos únicos, uno de equilibrio estable y otro de inestable. La respuesta la dieron dos hungaros en 2006: el matemático Gábor Domokos y el arquitecto Péter Várkonyi. El resultado fue el gömböc.
El gömboc es un objeto de culto y el arte no ha podido sustraerse a su encanto. Aparte de la escultura, vemos en un vídeo a los autores en la terraza del barco-centro cultural A38 con distintos ejemplares decorados.
Rebuscando en la naturaleza, algunos ejemplares de tortuga aprovechan esta singular forma para voltearse.
Un bonito artículo de Bartolo Luque nos cuenta la historia y pormenores del gömböc:
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