Revista Opinión

El gráfico de las utopías milenaristas

Publicado el 22 enero 2016 por Hugo

Mi tesis: todos somos milenaristas, y por ende creyentes,
la cuestión es de qué tipo.
Mi gráfico (provisional):
El gráfico de las utopías milenaristas
Mis inspiraciones librescas, entre otras:
Por encima de su increíble diversidad fenomenológica, las modernas sociología y antropología de la religión reconocen que la esencia del milenarismo, considerado este como una categoría sociológica transcultural y no como un fenómeno histórico concreto ligado al cristianismo, es la utopía social, es decir, el planteamiento de una nueva sociedad de perfección ideal que venga a sustituir el orden establecido de las cosas. Las variaciones en esta imagen del mundo perfecto, de la nueva humanidad distinta de la actual, más libre, más feliz, han sido inmensas a lo largo de la historia y la geografía: ubicado aquí en la tierra o en el Más Allá, planteado en términos religiosos o políticos (o en una combinación de ambos), esperado antes o después de un cataclismo apocalíptico (o sin necesidad de cataclismo alguno), asignado a una fecha concreta o indefinida, reclamado para toda la sociedad o sólo para un pequeño grupo de elegidos... Se haya querido implantar a través de la acción social y la violencia o del aislamiento eremítico y la huida de la sociedad, se haya concebido como una reedición de Edades de Oro pasadas o como una era de cuño totalmente nuevo, el establecimiento de la utopía es a fin de cuentas el objetivo, el fin de todos estos movimientos.

Francisco Javier Ullán de la Rosa, 2004Las utopías milenaristas como metodologíade análisis socioantropológico.

Entre la mentalidad liberal y la quiliástica existe una notable diferencia en lo que respecta a la «valoración del tiempo». Para la última el elemento tiempo se localiza en el «presente» en la pura «aquendidad». La mentalidad quiliástica no tiene sentido de un proceso de transformación; no conoce ningún camino que conduzca al final utópico. Éste, como en el anarquismo moderno, tiene que darse ahora y de forma revolucionaria. Por el contrario, en la mentalidad liberal, el tiempo se contempla, no como aquendidad, sino como un «proceso», y, por ello, aplaza la realización efectiva de su utopía para un futuro remoto. 

León Martínez Elipe, 2007
Idea de la historia:
ideología, utopía y realidad 


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