Revista Viajes
Uno de los cañones más famosos es Grand Canyon, en Arizona y hasta allá llegué para conocerlo y comprobar que realmente es ES-PEC-TA-CU-LAR!!!
El Gran Cañón, o Cañón del Colorado, fue formado por el muy extenso Río Colorado y cuentan que es Monumento Nacional desde 1908 por proclamación del presidente Theodore Roosevelt, quien era asudio visitante de el lugar. Yo llegué hasta allá luego de mi paso por Page, también en el estado de Arizona.
Desde Page hasta Desert View Point, que es parte del Parque Nacional del Gran Cañón, se hacen poco más de dos horas por carretera. En este punto se encuentra una bella torre que fue construida por la arquitecta Mary Colter, quien también tuvo a su cargo otras edificaciones dentro de este parque nacional. Desde el mirador se puede apreciar una parte de este impresionante atractivo natural de los Estados Unidos, quizá el más famoso del país.
Así, Desert View Point es el punto perfecto para iniciar la visita al Parque Nacional del Gran Cañón, para después continuar un poco más adelante y llegar hasta el también muy famoso El Tovar, un hotel con gran historia que abrió en 1905 y que ha sido testigo de las visitas de grandes personalidades, como Theodore Roosevelt, Albert Einstein, Bill Clinton y otros. Incluso cuentan que una noche el piano de un área común del hotel sonaba gracias a que un huésped decidió tocarlo; entonces, otro visitante, al escucharlo y no poder dormir por la música, decidió salir de su habitación a pedir que parara, lo cuál no ocurrió al darse cuenta que quien estaba al piano era nada menos que Paul McCartney .
Hoy, El Tovar sigue guardando su acogedor ambiente de otros tiempos y tal es su fama que su ocupación es altísima y es necesario reservar con meses de anticipación para poder hospedarse ahí. Y es que su ubicación es tan conveniente, justo a la orilla del Gran Cañón, donde definitivamente los amaneceres y las tardes deben ser todo un espectáculo.
Pero una buena forma de conocer El Tovar sin hospedarse ahí, es almorzar en su entrañable restaurante, con mobiliario antiguo, fina vajilla y un amplio salón que parece transportar al visitante a los inicios del siglo XX.
Después de un gran almuerzo, lo indicado es seguir paseando por el Gran Cañón, hasta que llegó el momento de partir en tren hasta Williams.
Entonces, en la estación del tren del Gran Cañón subimos a un viejo y cómodo tren que nos llevó a dar un paso de poco más de dos horas, por otros tiempos y a Williams.
Este tren parte cada mañana de Williams al Gran Cañón y regresa por las tardes, así que muchas personas suelen hospedarse en ese pueblo, hacer el viaje y pasar el día disfrutando de la belleza del cañón.
El tren tiene ofrece las comodidades de la actualidad y está totalmente decorado como antiguo. Hay diferentes categorías y en la que yo viajé incluía barra de postres y bebidas, además de champagne casi al llegar al pueblo.
Pero más allá de lo que pueda ofrecer en cuanto a servicio al visitante, hay que considerar que tiene su toque de emoción, pues los viajantes vivimos un robo a caballo en pleno trayecto, así como se los cuento: los ladrones llegaron y obligaron al tren a parar, subieron, asaltaron vagón por vagón y un poco después el sheriff, que convenientemente iba en el tren, los atrapó. Su entretenimiento, además de este robo, incluye música en vivo y mucha diversión.
Luego de dos horas y 15 minutos llegamos a Radiadors Springs, perdón… a Williams, donde cenamos en el restaurante del Hotel Best Western Inn, que fue nuestro hospedaje por esa noche.
Al día siguiente visitamos Bearizona, donde es posible ver a los animales libres: osos, lobos, bisontes y muchos más, en espacios abiertos. Un lugar ideal para aprender sobre la vida salvaje de la región.
Así concluyó mi Road Trip USA por Arizona y el viaje continuó en Nevada!!
Más información: www.thetrain.com y www.bearizona.com
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