España siempre maltrata a sus héroes porque el poder suele ser vil y de baja calidad y se muere de envidia cuando algún español sobresale y obtiene el reconocimiento popular. Ocurrió con muchos, entre ellos Blas de Lezo, el medio hombre que derrotó y humilló a los ingleses en la crucial batalla de Cartagena de Indias, y también con Gonzalo Fernandez de Córdoba, el "Gran Capitán", del que en este año 2015 deberíamos conmemorar con orgullo el 500 aniversario de su muerte.
Cincos siglos no bastan para olvidar la honra del héroe Don Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán de las crónicas. Su papel como catalizador de las más grandes gestas de la Guerra de Granada, las reformas que introdujo en el modo de combatir de los tercios españoles o su protagonismo en la obtención del reino de Nápoles para la Corona son algunas de las proezas que se le reconocen, méritos que vuelven a la actualidad este 2015, quinto centenario de su fallecimiento. Tampoco debemos olvidar los desmanes sufridos por el héroe de Cerignola. El mítico episodio de las 'cuentas del Gran Capitán', su destitución como virrey de Nápoles (el reino que el conquistó) o la vigilancia a la que fue sometido por la Corona en sus últimos días siguen vigentes como prueba de un país que no sabe tratar a sus héroes.
El último año de vida del Gran Capitán fue ensombrecido por la vigilancia a la que el rey Fernando le sometió. Su salida de Nápoles tras el triste episodio de las cuentas y fruto de las envidias cortesanas llevó de vuelta al héroe a sus ciudades. En Loja aguardó durante un tiempo, mientras en la Corte el rey era informado de las supuestas pretensiones de Fernández de Córdoba de regresar a Nápoles y alzarse con el reino al completo.
Don Gonzalo fue uno de los mejores hombres de España, incansable y eficaz servidor del Estado, militar brillante que derrotó a ejércitos muy superiores en número y armamento, pero, como suele ocurrir en España, los poderosos de su época lo crucificaron por envidia e hicieron todo lo posible por denigrarlo y borrarlo de la memoria de la Historia y de la lista de los héroes.
El olvido del Gran Capitán es especialmente doloroso en los tiempos presentes porque Don Gonzalo encarna los valores mas necesarios y escasos en la España de hoy: fue héroe en lugar de cobarde, valiente, español por encima de todo, servidor del Estado, eficaz, inteligente, sincero, austero, amante de la verdad, leal y practicante de un liderazgo basado en el ejemplo y en el valor personal, no en el abuso y la falsedad.