Los políticos españoles que ahora piden el voto a los ciudadanos son los peores de Europa, a juzgar por sus errores y daños causados a su país y a sus ciudadanos. Han convertido a España en un vertedero que sólo destaca internacionalmente en suciedades y dramas: tráfico y consumo de drogas, aborto, fracaso escolar, prostitución, blanqueo de dinero, corrupción institucional, desempleo, avance de la pobreza, privilegios de la casta política, desigualdad, desamparo de los débiles y divorcio entre ciudadanos y políticos. Ante esa situación, en lugar de pedir perdón y dimitir en masa por sus fracasos y estragos causados, piden el voto ciudadano, que representa un premio y un reconocimiento a su nefasta labor. Darles ese voto que piden los partidos culpables del desastre español, sobre todo a los que han gobernado en los últimos años, es propio de imbéciles y de esclavos. ---
Las familias españolas son las mas desamparadas de Europa y las peor atendidas por sus gobernantes. No solo son las mas perjudicadas por la crisis económica», como concluye el Instituto de Política Familiar (IPF) en un informe que ha dado a conocer esta mañana («Evolución de la Familia en España» desde 1985 hasta 2014), sino que además la falta de políticas públicas de apoyo a la familia y los grandes cambios experimentados por la sociedad española en estos últimos años acosan al reducto familiar, lo deterioran y en nada han favorecido a las parejas que deciden tener hijos.
En España nacen menos niños que nunca y, además, se practican más abortos. Se casan menos parejas y hay más divorcios. La renta de cada hogar se reduce cada año. «Y la familia española está a la cola de Europa en cuanto a ayudas». El resultado: ni mejora la situación económica, ni la demográfica ni el bienestar de las familias, que han perdido en todos los sentidos.
El informe del IPF resulta demoledor cuando analiza las ayudas que reciben las familias españoles y las compara con las vecinas europeas. «La familia cuenta con unas muy reducidas e insuficientes ayudas. Y discriminatorias», afirma la organización. De hecho, las prestaciones que reciben no son universales sino que están sujetas a unos límites de renta o unas circunstancias especiales (discapacidad, familias numerosas). El resultado es que España es el país de la UE donde las ayudas llegan a menos familias.
El IPF se detiene en analizar la única ayuda directa que existe en España para las familias, la prestación por hijo menor a cargo, que es de las más bajas del contienente: 24,25 euros al mes frente a los cien euros de media de las naciones europeas. Además está sujeta a unos bajísimos niveles de renta (11.519 euros). De tal modo que sólo una de cada diez familias la recibe. Pasa todo lo contrario en Europa: ocho de cada diez familias sí disfrutan de esta ayuda directa por hijo.
Para hacerse una idea el IPF destaca que una familia donde ambos cónyuges trabajen y tengan unos ingresos equivalentes al Salario Mínimo Interprofesional (9.034 euros al año) no tendría derecho a la prestación por hijo a cargo, por superar el límite de renta (11.519 euros anuales)
Por si fuera poco, el informe denuncia que esta prestación lleva catorce años congelada, por tanto ha perdido casi un tercio de su valor real. Algo que también ha ocurrido con la paga de cien euros que reciben las madres trabajadoras hasta que su hijo cumple tres años. Tampoco ha sido actualizada. En la sociedad de hoy, es como si percibieran 75 euros.
El informe comienza con un primer análisis del ocaso demográfico que sufre España. No son suficientes los 454.648 niños que llegaron al mundo en 2012 para garantizar el reemplazo generacional (2,1 hijos por mujer). Por el contrario, según las estimaciones del IPF, deberían nacer al menos 250.000 más para llegar a esa meta. Y el aporte a la natalidad que han realizado las madres extranjeras durante los últimos años tampoco garantiza el reemplazo. De hecho, ellas también tienen menos hijos: De los 108.195 niños que nacieron en 2008 de mujeres extranjeras se ha pasado a 86.945 en 2012.
Esto hace que España tenga un bajísimo índice de fecundidad (1,32 hijos por mujer), muy alejado del nivel de reemplazo generacional (2,1) y también de la media europea (1,58). Sólo Portugal (1,28) y Polonia (1,30) tienen niveles parecidos al español.
Junto a estos datos, el IPF ofrece otros indicadores para explicar el invierno demográfico que sufre nuestro país: las españolas son además las europeas que tienen los hijos más tarde, a los 32,15 años; uno de cada tres niños (39%) nace fuera del matrimonio y han caído vertiginosamente las adopciones internacionales.
Para impulsar la natalidad, en nada ha ayudado el crecimiento del número de abortos (112.390, en 2012) que se practican en España, según el IPF. Nuestro país se ha convertido en el tercero de la Unión Europea donde se producen más interrupciones voluntarias del embarazo y donde más han crecido estas prácticas. Incluso supera ya naciones tradicionalmente abortistas como Alemania (106.681?), Italia (111.415) y Rumanía (87.975).