Revista Coaching

EL GRAN DICTADOR- Mensaje final

Por Joanpi @joanpi

Los amigos del taller de la EAM en su recopilación de los mejores posts del 2011 publicados en su blog han incluido la escena final de El Gran dictador. Discurso siempre a recordar y tener presente en este nuevo año que ha empezado. A pesar de los años transcurridos (la película es de 1937) la actualidad del mensaje no ha perdido ni un ápice de realidad.El mensaje del film, claro y contundente, es subrayado por Chaplin en el mítico discurso final, organizado para celebrar la anexión de Ostelrich a Tomania. El dictador Hynkel es confundido con el barbero judío por sus propios hombres (los dos personajes son interpretados por Chaplin), y este, tras el discurso del ministro de propaganda Garbitsch – “Hoy en día, democracia, libertad e igualdad son palabras que enloquecen al pueblo. No hay ninguna nación que progrese con estas ideas, que le apartan del camino de la acción. Por esto las hemos abolido. En el futuro cada hombre tendrá que servir al Estado con absoluta obediencia” – se ve obligado a dirigirse a una audiencia de millones de personas: “Nos hemos de ayudar los unos a los otros, los seres humanos somos así. Queremos hacer felices a los demás, no hacerlos desgraciados. No queremos odiar ni despreciar nadie. En este mundo hay sitio para todo el mundo (…) El camino de la vida puede ser libre y bonito, pero lo hemos perdido. La codicia ha envenenado las almas, ha levantado barreras de odio, nos ha empujado hacia la miseria y las matanzas. Hemos progresado muy deprisa pero nos hemos encarcelado a nosotros mismos: el maquinismo que crea abundancia nos deja en la necesidad. Nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos, nuestra inteligencia, duros y secos. Pensamos demasiado y sentimos muy poco. Más que máquinas, necesitamos humanidad, más que inteligencia, tener bondad y dulzura. Sin estas cualidades, la vida será violenta, se perderá todo. (…) La desgracia que padecemos no es nada más que la pasajera codicia y la amargura de los hombres que tienen miedo de seguir el camino del progreso humano. El odio de los hombres pasará y caerán los dictadores y el poder que tomaron al pueblo será reintegrado al pueblo y así, mientras el hombre exista, la libertad no desaparecerá”.


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