A muchos les sonará “El gran Gatsby”, no por nada es una obra clásica de principios del siglo XX. Su autor, el reputado F. Scott Fitzgerald, afirmó una vez terminada que “había escrito la mejor novela de los Estados Unidos de América”, por lo que podemos imaginar que su éxito rotundo está justificado y respaldado. ¿Queréis saber qué me pareció a mí esta obra?
EL GRAN GATSBY, de F. Scott Fitzgerald Anagrama Cómpralo en Popular Libros Disponible en ebook
Lo vemos con los ojos del narrador, Nick Carraway, que dice ser honrado y haber aprendido a no juzgar a nadie. En el verano de 1922, buen año para la especulación financiera y la corrupción y los negocios que se confunden con el bandidismo, parece que sólo hubo fiestas y reuniones para comer y beber, y que pocas veladas acabaron sin perturbación. Hay amantes que rompen con una llamada telefónica la paz de un matrimonio, y una nariz rota, y un coche que se hunde humorísticamente en la cuneta, y un homicidio involuntario, y un asesinato, pero la diversión recomienza siempre. Jay Gatsby es un héroe trágico que se va destruyendo conforme se acerca a su sueño: la reconquista de una mujer a la que dejó para irse a la guerra en Europa. Quiere cumplir su deseo más inaccesible: recuperar el pasado, el momento en que conquistó a Daisy Buchanan. La antítesis del desarraigado Gatsby es Tom Buchanan, marido de Daisy.
octubre 2011 200 pp 17,50 € 978-84-339-7574-4
El gran Gatsby, sí señor, el magnífico Gatsby en mi mesita de noche. Yo no me lo creía. Había escuchado tanto sobre este misterioso personaje… y aún así, no me quedaba nada claro de qué iba la novela. ¿De amor? ¿De asesinatos? ¿De qué? No tenía ni idea. Por mucho que leía la sinopsis que viene preparada en la edición de la editorial Anagrama, no entendía muy bien cuál era el argumento objetivo del libro. También estaba el importante punto de que este año se estrenaba una nueva adaptación de esta historia imperecedera, con Leonardo DiCaprio caracterizando a Jay Gatsby. Así que un día me dije: pero, vamos, hombre, hay que leerla. ¡Y así fue!
El primer párrafo empezaba interesante. Nuestro protagonista, el joven Nick Carraway, nos cuenta, desde una línea temporal posterior, lo que ocurrió en un momento turbulento de su vida que, hace esfuerzo por recordar para nosotros: la época en la que vio por primera vez a Jay Gatsby. Pero, ¿quién es este hombre y por qué todo el mundo habla de él? Nick no lo conocía al llegar a Long Island, en los bonitos años 20. Fue toda una “sucesión de catástrofes desdichas” lo que lo llevó hasta la mansión de Gatsby, donde la fiesta jamás terminaba. El misterioso Gatsby no se mezclaba en las fiestas, no tardó en darse cuenta Nick. Poca gente hablaba con él con confianza y aún menos lo conocían en profundidad. De él se rumoreaba que había asesinado a alguien o que era familiar lejano de Hitler. Sin embargo, la realidad era tan simple que nadie se la habría creído: Gatsby sólo era un hombre más. Con un pasado que escondía de las miradas ajenas porque en él dormían grandes secretos.
Poco a poco, nuestro protagonista, Nick, nos cuenta cómo él fue convirtiéndose en el mejor amigo de Jay Gatsby; no por su elocuencia o carisma que más bien eran nulas, sino por su parentesco con Daisy Buchanan, la mujer que Gatsby ama con locura desde que la conoció cuando era joven, durante la Guerra en Europa. No obstante, Daisy Buchanan está casada con Tom, un hombre brusco y mujeriego. ¿Tendrá El Gran Gatsby una oportunidad de recuperar el amor de su juventud? ¿Le ayudará Nick Carraway? Eso no os puedo contároslo.
Francis Scott Key Fitzgerald, fue un novelista estadounidense de la época del jazz. Su obra es el reflejo, desde una elevada óptica literaria, de los problemas de la juventud de su país en los años que siguieron a la Primera Guerra Mundial. En sus novelas expresa el desencanto de los privilegiados jóvenes de su generación que arrastraban su lasitud entre el jazz y la ginebra, en Europa en la Costa Azul, o en el fascinante decorado de las ciudades estadounidenses (El gran Gatsby, 1925).Lo cierto es que cuando empecé a leer la novela, no entendía muy bien por qué era tan especial. Al principio, se me hizo lenta y complicada de leer. La prosa de F. Scott Fitzgerald era floreteada y daba detalles que, aunque nos servían para situarnos en la época dorada de Estados Unidos, a veces conseguían aburrirme. Pero eso sólo fue al principio, luego comencé a conectar con los personajes que se me habían presentado y fui intrigándome cada vez más con Gatsby. Este hombre parecía tenerlo todo y al final descubrimos que es terriblemente desgraciado, que es muy inseguro de sí mismo y que, cuando está al lado de la mujer que tanto ama, se convierte en un niño pequeño. En cambio, Nick, es sólo el testigo que nos cuenta la historia, porque su propia personalidad se pierde entre las risas y fiestas de sus compañeros de escena. Casi siempre es un mero observador, ni siquiera se implica en las conversaciones, como si todos ignoraran su presencia.
He de decir que hay sorpresas en la novela, algunas te las esperas porque la sinopsis te destripa muchísimos detalles, pero otras son tremendamente imprevistas. El final, por ejemplo, me pareció sublime y bestial. Sabía que El Gran Gatsby tenía que tener un giro inesperado en su argumento, de lo contrario, iría simplemente de gente rica pasándoselo bien y eso no sería muy interesante ¿no? Igualmente, nunca imaginé que pudiera ser un giro tan triste y profundo.
Por otro lado, el autor ha sabido plasmar muy bien una época que, aunque no la viví, ahora ya me resulta familiar. El Jazz, el vicio y el lujo, los puentes que conectan a Nueva York, la ropa y el ambiente de superficialidad… todos estos elementos concuerdan a la perfección en una escena dirigida por el propio autor, que nos llevará a todos a sentirnos como “en casa”. A destacar también, los diálogos, sobre todo los de Mister Wolfshiem, todo un personaje estrafalario y charlatán.
En términos generales, es una buena novela. Me ha gustado lo suficiente como para recordarla con gran lujo de detalles y he sacado buenas moralejas; tal vez no consiga sorprendernos tanto como sí lo hizo en su época, pero no se puede negar que es un clásico contemporáneo escrito con magistral pulso, caracterizando, casi sin esfuerzo, una época y una sociedad surrealista y efímera, llegando a apabullarnos por lo cercana que resulta en la vida actual. Un buen análisis en profundidad sobre la figura del héroe, porque, al final, todos tenemos un gran Gatsby en nuestro interior.
Si te gustó, puede que también te guste...
ESCRITO POR DAICHAN
Estudiante de letras y otaku apasionado. A parte de leer, jugar a videojuegos y ver películas, adora estudiar y enseñar japonés. Administra Mientras Lees desde hace tres años y su sueño es convertirse en librero. Podéis encontrarlo en su bitácora personal.