Muchas de las novelas que he leído en el último año han mencionado El gran Gatsby o han hecho alguna referencia al propio personaje. Pero, ¿quién es Gatsby? ¿Por qué le rodea ese aire de misterio? ¿Por qué le llaman el gran Gatsby?
El gran Gatsby es un retrato de la Jazz Age que captura el espíritu de la generación de Scott Fitzgerald y le concede un trono permanente en el Olimpo de la literatura norteamericana. El millonario hecho a sí mismo, Jay Gatsby, personaliza una de las obsesiones del autor y de la sociedad de su país: la combinación de dinero, ambición y lujuria como promesa de nuevos comienzos.
Nick Carraway hace poco que se ha instalado en el West Egg y no conoce a nadie del lugar. Por ello, decide visitar a unos amigos que se encuentran instalados cerca de su vivienda y es dónde, por casualidad, escuchará hablar de Gatsby. En realidad le llama la atención porque sabe que se trata de su vecino y desde su casa ve como cada noche acuden decenas de personas para disfrutar de las espectaculares fiestas que organiza. Acabará siendo invitado a una de ellas, y lo que creía encontrar bajo el gran Gatsby no tiene nada que ver con la realidad.
“-Hay algo raro en un tipo que hace una cosa así –intervino la otra chica-. No quiere complicaciones con nadie…
-¿Quién no las quiere? –pregunté.
Las chicas y Jordan se inclinaron confidencialmente:
-…Alguien me contó que se decía que había matado a un hombre…”
Sé lo que estáis pensando. Otra reseña sobre un libro del que se va a estrenar una adaptación cinematográfica en breve. Es verdad que este año estoy intentando leer los libros de películas que me interesan ver; sin embargo, El gran Gatsby ya estaba desde hace tiempo en mi lista de futuras lecturas. Nada sabía del argumento salvo lo ya comentado en el primer párrafo, le tenía una gran curiosidad y, sin duda, Gatsby no ha sido para nada lo que yo me imaginaba.
Pero antes de centrarme en él y en el resto de los personajes, quisiera hablaros de lo primero que me impresionó al comenzar su lectura: el estilo narrativo de Fitzgerald. Al principio me costó acostumbrarme ya que se toma su tiempo para introducirte en la novela, apuesta por las descripciones y me daba la sensación de que el protagonista, Nick Carraway divagaba demasiado. Esperaba desde el primer momento conocer a Gatsby y ésto no sucede hasta pasadas las primeras cincuenta páginas. A partir de ahí la historia va cogiendo más ritmo, me sentía más introducida y me sorprendía al conocer de qué iba realmente El gran Gatsby. Una parte de mi quedó algo decepcionada por no suceder lo que mi mente trajinaba, pero al acabarlo, sentí que, en realidad, estaba ante una muy buena novela y con un gran trasfondo.
La historia se desarrolla en el Nueva York de los años veinte. Había oído que El gran Gatsby era perfecta para conocer la época del jazz y las grandes fiestas de esos años, y realmente lo ha sido. Jazz, alcohol, ropa extravagante y una casa increíble para recorrer mientras los invitados dejan de lado la moralidad y se centran en divertirse. Me ha sorprendido el poco nivel de decoro al que llegaban los invitados en las últimas horas de la fiesta ¡en los años 20! No hay muchas diferencias con la actualidad. Y entre ese ambiente pocos personajes tienen el placer de ser importantes. Nick Carraway, el personaje que conducirá la historia, es uno de esos hombres que aunque al principio afirme que no es una persona curiosa acaba arrastrándose por la magia de saber quién es Gatsby. Al escucharlo en los labios de Jordan Baker, una amiga de su prima Daisy, no puede evitar interesarse. Entre el resto destacamos a Jordan Baker y a Daisy y Tom Buchannan, por ser ellos los que finalmente ayuden a descubrirlo todo, a que todo tenga sentido, personajes que saben cuál es su sitio y que Gatsby tanto les maravilla como lo desprecian.
Una de las cosas que más me ha gustado es cómo de la mano de Nick vamos descubriendo la figura de Gatsby y la historia pase de ser protagonista Nick a que gire todo entorno a su misterioso vecino. Porque ¿quién es Gatsby? Todos se preguntarán qué hay detrás de sus fiestas, de su estilo elegante, de su dinero. La curiosidad de los invitados les lleva a acudir a todas sus fiestas, a quedarse maravillados y atraídos por su nombre, por conocer a ese hombre del que todos hablan. Es la magia de la novela, la que te arrastra a seguir leyendo, el querer conocer a Gatsby. Las últimas páginas están llenas de moralidad, de desesperanza, sobre todo en el momento en que unes todas las piezas y te das cuenta de lo que hay detrás de su figura; ahora yo ya lo sé y también sé que, después de todo, no hay muchos que puedan decir eso.
El viernes 17 llegará a los cine la versión cinematográfica de esta novela y hay tres motivos por lo que estoy ansiosa por verla: los actores, Tobey Maguire en el papel de Nick Carraway y Leonardo DiCaprio como Gatsby son perfectos; la historia en sí, anclada en los años 20; y Baz Lurhmann, el director y guionista, porque me encantó su trabajo en Moulin Rouge y Romeo Julieta y su fotografía y escenificación siempre es impresionante. Voy a tener la suerte de ir el jueves a su preestreno así que no tardaré en contaros qué es lo que me ha parecido.
Francis Scott Fitzgerald (1896-1940) es uno de los representantes más destacados de la Generación Perdida, y uno de los grandes autores de la literatura en inglés del siglo XX. Su figura se ha convertido en un icono tanto por su atribulada vida como por su excelente legado literario.