Año: 2013.Género: Drama/Romance.País: Estados Unidos.Duración: 143 minutos.Dirección: Baz Luhrmann.Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Tobey Maguire, Carey Mulligan, Joel Edgerton, Isla Fisher, Elizabeth Debicki, Jason Clarke, Adelaide Clemens.
" El escritor Nick Carraway llega a la Ciudad de Nueva York en la primavera de 1922, una época de tambaleante moral, jazz deslumbrante y reyes del contrabando. En busca de su propio sueño americano, Nick se instala junto a un misterioso millonario organizador de fiestas, Jay Gatsby, y al otro lado de la bahía de su prima Daisy y su marido casanova de sangre azul Tom Buchanan. Es así como es introducido al cautivante mundo de los súper ricos, sus ilusiones, amores y engaños. Mientras Nick actúa como testigo, dentro y fuera del mundo que habita, escribe una historia de amor imposible, sueños incorruptibles y tragedia de alto octanaje, y sostiene un espejo hacia nuestra propia época moderna y sus dificultades.
¿Qué mejor candidato que Baz Luhrmann para adaptar los caóticos años '20 que transmitió durante años la prosa de F. Scott Fitzgerald? La idea de glamour inherente a la novela le sentaba de perlas a un director que supo destacar el arte en su filmografía pero, en cierto punto, Luhrmann se perdió a si mismo en la grandeza que resultaba adaptar un ícono de la literatura y The Great Gatsbyes lujo en desmesura pero carente de afecto.
Así de ambiciosa como se percibe por los avances, detalle clave en toda producción del director australiano, The Great Gatsby es un cuento repleto de fastuosidad, fiestas interminables, amores imposibles, traiciones y, a fin de cuentas, los excesos de la riqueza y la imprudencia propia de la juventud. Los avances técnicos de la época permiten que la acción transcurra en una digitalizada ciudad de Nueva York, brillante y reluciente, donde muy pocas veces hay una inmersión hacia los sectores oscuros y sucios de la urbe. Uno de los puntos claves y el sólo mérito de asistir al cine a ver el despliegue en pantalla grande son las fiestas organizadas dentro del palacete que posee el misterioso Gatsby. Con la ayuda de la banda de sonido a cargo del músico Jay Z, quien logra una conjunción idónea entre sonidos del pasado y actuales, las bacanales derrochan los elevados diseños de vestuario, cinematografía y producción. Aumentadas con la dimensionalidad que otorga el 3D, las reuniones son un punto fuerte, que determinan el telón de fondo para el desarrollo de los personajes.
Al ritmo de Crazy in Love de Emeli Sandé y A Little Party Never Killed Nobody de Fergie se dejan ver los personajes, conducidos por el Nick Carraway de Tobey Maguire. Nick es el narrador absoluto, contando la trama a través de sus propios flashbacks mientras escribe sus memorias de los años turbulentos que pasó en Nueva York. Carraway es descrito en la novela como una persona cínica y recelosa de los desconocidos, en el film es una criatura inocente que entra en confianza enseguida con su entorno. El carácter y la actitud noble de Maguire lo hacen un candidato ideal para trabajar la idea y el mito de Gatsby como su mano derecha y confidente. El gran playboy americano se encarna en la piel de un Leonardo DiCaprio que nació para este papel. Cada gesto, cada sonrisa, cada frase destilan una clase elevada que otro actor no hubiese podido emular. La delicada Carey Mulligan también parece cortada para la parte de Daisy, una joven que vivió siempre rodeada de dinero y ahora, tras la reaparición de su viejo amor, ve su mundo trastocado. El trío de Maguire, DiCaprio y Mulligan tiene chispa, y se ve bien acompañado por el férreo Tom Buchanan de Joel Edgerton y las bellezas de Isla Fisher y Elizabeth Debicki.
Durante la primera hora de metraje, las fiestas y la imagen escondida de Gatsby son un aliciente para mantenerse ocupado desentrañando la figura del millonario. La revelación encantadora de Leonardo, con una copa de champagne en sus manos, trae aparejado un desliz narrativo importante. La historia de amor se deja ver infantil y sencilla, sin muchos matices, aunque ciertos giros en el tercer acto logran retomar esa idea de cinismo egoísta que intenta actuar como moraleja. Como adaptación de la novela, no se le puede buscar peros porque le guión de Luhrmann y Craig Pearce se mantiene fiel al texto de Fitzgerald, incluso transladando pasajes y líneas del libro.
A pesar de ser una novela corta, The Great Gatsby tiene una duración de unos 140 minutos, un tanto excesivo pero a gusto con los anteriores film del director. Las dos horas y media se sienten, pero el esplendor americano se deja ver, así como también una brillante producción y una ferviente caracterización por parte de DiCaprio son los puntos a favor que tiene esta nueva adaptación de un clásico que se deja ver pero que detrás de tanta opulencia no encuentra asidero para contar una historia única e irrepetible.
Calificación: B