Gran Maestro de la masonería y ex rector de la Universidad de Chile ha seguido con atención el ingreso al Congreso de la última iniciativa comprometida en el marco de la reforma educacional. Admite que está insatisfecho con su forma y fondo. "Yo habría ingresado cinco proyectos de ley, pero que se discutieran separadamente", remarca. Y añade que entró al Congreso "para cumplir con la promesa que se había presentado, pero con esto no va a pasar nada".
El Gran Maestro de la masonería y ex rector de la Universidad de Chile, Luis Riveros, sigue con detalle la agenda noticiosa y uno de los temas que atrapa su atención por estos días es el proyecto a la reforma de educación superior que hace una semana ingresó al Congreso. La iniciativa ha provocado polémica entre los rectores del G9 que acusan que la iniciativa no tiene ninguna letra a las universidades públicas no estatales.
El día de la entrevista había llovido y a través del ventanal de su oficina, en el piso 22 de la Escuela de Economía y Negocios de la Casa de Bello, se filtraba una imagen prístina de la urbe. Haciendo un alto en sus actividades académicas, en conversación con La Nación, desmenuzó la iniciativa que es la última comprometida por el Gobierno en el marco de reforma educacional.
- Usted ha señalado que el proyecto de reforma a la educación superior ha sido improvisado. ¿Sigue pensando lo mismo?
- El proyecto tiene dos grandes defectos: el primero, de origen, es que no se dialogó suficientemente. Se pueden hacer leyes sin consultarle a nadie, pero el tema de la educación superior es delicado y se ha pospuesto mucho. El sistema viene desordenado desde de la década de los 80, y la Concertación nunca lo abordó directamente, solo con algunos parches, algunos saludables y otros no, como el Crédito con Aval del Estado (CAE), el mejoramiento del Crédito Solidario y la Ley de Acreditación. Se necesitaba una iniciativa mayor y ello requería más discusión con los rectores y académicos. El segundo problema es que se trata de un proyecto que está mal diseñado, porque contiene demasiadas materias.
En el caso de la Subsecretaría de Educación Superior y de la Superintendencia de Educación Superior se requería un cuerpo legal, sostiene. "El segundo gran tema se relaciona con regulaciones y financiamiento que debió ser abordado antes de sacar estas cosas (gratuidad) con glosa. La tercera materia es la acreditación donde no solo cambia la estructura del Consejo Nacional de Acreditación sino que deja varios espacios abiertos como que este nuevo cuerpo ahora ( lo integrarán) académicos, no representantes de, lo que está muy bien, pero uno se pregunta si será estable. Una de las grandes críticas a la CNA es que estas personas no tienen dedicación, entonces se les paga por reunión (...) y eso no está bien definido. Menos lo está el cómo es la acreditación. Se propone una acreditación integrada, eso no existe en ninguna parte del mundo (...) hay instituciones, como la propia Universidad de Chile que está acreditada por siete años, pero hay varias carreras que lo están por mucho menos".
Y agrega que "el financiamiento institucional requiere otro capítulo, porque debe integrarse el gasto en investigación en ciencia y tecnología del cual las universidades son las principales protagonistas; y eso ni siquiera se menciona. La otra materia delicadísima es de las universidades estatales. Les encuentro toda la razón a los rectores de que ahí hay más de lo mismo. Se menciona que son universidades del Estado, que tendrán tratamiento preferencial, pero no es tan explícito lo que causa otro problema que requiere discusión: no son equivalentes las universidades privadas del Consejo a los planteles estatales. Entonces este proyecto ha sido un paragüas inmenso que integra todo y conlleva a una discusión bastante larga".
- ¿Debieron ingresarse proyectos separados? Sergio Bitar, ex ministro e integrante del consejo asesor para la reforma, planteó en su momento que lo más recomendable era dividir la reforma en varios proyectos de ley.
- Yo habría ingresado cinco proyectos de ley, pero que se discutieran separadamente, porque son temas muy distintos que se relacionan todos por supuesto; no se puede pretender legislar pasando una tabla rasa por todos estos problemas, algunos de los cuales vienen arrastrándose por años y que son delicados, porque se trata de instituciones que tienen larga vida. Las universidades privadas ya llevan 30 años entre nosotros. Y algunas son muy grandes como la Central, Diego portales, Andrés bello, Autonóma por lo que requieren criterios distintos para legislar.
Para Riveros lo más grave de este proyecto de ley "es que no habla nada de calidad".
"Debió hacerse un esfuerzo para establecer qué buscamos, que és lo que definimos por calidad en términos de política pública; eso queda como un discurso muy generalista. Es un tema complejo por sí mismo, no se muestra con pruebas palpables, directas", pone el acento.
En este sentido, el ex rector de la Casa de Bello señala que la iniciativa "lo ha dejado muy insatisfecho. Estoy consciente de que un proyecto de ley no puede dejar contento a todo el mundo. Yo creo que este, como lo dijo el rector de la Universidad de Concepción (Sergio Lavanchy), ha logrado dejar desconforme a todo el mundo y esto es una pésima señal".
- La gratuidad entre 2018 y 2010 llegará a los estudiantes del sexto decil y para ello se requiere que los ingresos estructurales como el porcentaje del PIB tendencial llegue al 23%. Para llegar a la gratuidad universal la recaudación fiscal debe llegar al 29,5% del PIB. ¿Será necesario una reforma tributaria?, ¿se logrará sacar la reforma en esta administración?
- Yo creo que no. Esto se puso aquí ahora (el proyecto) para cumplir con la promesa que se había presentado, pero con esto no va a pasar nada. Y el Congreso tiene historia en esto. Hubo una ley de universidades estatales que causó tal controversia y discusión que finalmente se ocultó bajo la mesa y nunca más se supo (...) rápidamente entramos al interés político de corto plazo.
- Hay insatisfacción porque el proyecto no prohíbe los contratos entre las sociedades relacionadas sino que las regula.
- Si el lucro ve una ganancia indebida, entonces tenemos que establecer de qué rango estamos hablando, pero yo habría preferido que se concentraran en la calidad, porque eso es lo que le concierne a los estudiantes y a sus familias. Se ha empleado demasiado esfuerzo en combatir, como dicen los gringos, "este hombre de paja" que es el lucro. Si lo hacemos desaparecer vamos a estar todos bien y la realidad de las cosas es que está demostrado que no hay una relación entre lucro y calidad.
MASONERÍA CON ROL ACTIVO EN PROCESO CONSTITUCIONAL- Usted ha señalado que la masonería quería tener un rol relevante en la discusión por el proceso constitucional. ¿Cómo ha sido hasta ahora?
- Hemos participado en estas instancias que se han convocado con la pregunta de a dónde vamos a llegar con todo esto. Hemos sostenido oficialmente, así se lo informamos al Gobierno, que estábamos dispuestos a colaborar no obstante nos parecía que algunos de los proceso había que definirlos y procesarlos en términos de los objetivos finales y cómo se llevarían a cabo.
En este marco -agrega- "a lo largo del país no solo hemos participado en las distintas instancias sino que además hemos encabezado encuentros para aportar en esta primera fase en los principios de diseño de la nueva Constitución. Y le hemos hecho saber al Gobierno nuestra disposición para colaborar en esto con los constitucionalistas que pertenecen a la masonería".
Fuente: La nación