Para mi, el mayor de los misterios de Gowex, la empresa que se ha volatilizado en la nada y de la cual confiesa su director que llevaba falsificando datos al menos desde el año 2004, presentada como ejemplo de pequeña empresa española de éxito mundial y hasta premiando con entrega del premio por parte del presidente del gobierno español en persona como "emprendedor" al que luego confesó que lo que emprendía eran fraudes sostenidos durante una década, es la señora empleada del hogar del citado genio de la informática.
Porque lo que parece asombroso es que la misma apareciera como titular de varias empresas que emitían facturas falsas a Gowex por millones de euros, porque era empleada del hogar y testaferro a la vez en la vida. Nadie, ni Hacienda, ni la Inspección de Trabajo del ministerio del desempleo español notaron nada raro en que una persona titular de empresas que pagan millones de euros por falsos contratos fuera a la vez la empleada del hogar. Y debía tener muchos millones si podía pagarlos a la vez que limpiaba las alfombras.
No es posible que alguien creyese que quien cotiza a la seguridad social como empleada del hogar sea a la vez empresaria millonaria en euros, hemos de suponer entonces que la multimillonaria empresaria tenía como pasatiempo realizar labores del hogar en el domicilio del empresario milagro. Pues será la primera vez en la historia de la humanidad.
Señorita, Escarlata, señorita Escarlata, ¿no le importa que barra la escalera en cuanto emita un par de facturas por unos millones de dólares?. Con esta frase el guión de Lo que el viento se llevó se hubiera ido al carajo directamente y estaría en la antología del cine disparatado junto con Austin Powers. Que los presuntos órganos de control estatales, ministerios de hacienda y trabajo, seguridad social y todo el aparato de vigilantes de los ciudadanos no viera nada raro en el personaje, dice mucho de lo que pasa en España. A ver si es que son como los del Tribunal de Cuentas que ponían entre sus méritos tener conocimientos de MS DOS y si les preguntaban si sabían algo más, sin duda contestaban que también conocían el MS UNO y hasta el MS TRES.