
Rodar y rodar. Cuesta ariba y cuesta abajo. Con todos los sentidos alertas. Una distracción, un exceso de velocidad significa perder el control de la moto y arruinar el viaje. Y tal vez vez con consecuencias más graves.

La belleza de un arco iris en plena puna.

Y de repente de nuevo en medio de la aridez del terreno, característica de la Puna, el agua en nuestro recorrido. Agua que baja constantemente de las montañas y se filtra por el terreno en cada declive que encuentra.

Y de repente lo inevitable. Me deje llevar por el entusiamo y observar ese paisaje interminable, me distraje, resbalé y me fui con la moto al suelo.

Logro repararla y sigo. Finalmente llego a Abra del Acay. El lugar más alto de la Ruta 40 a más de 4800 metros de altura sobre el nivel del mar.

La vieja, sufrida y querida moto, fiel compañera de tantas andanzas resiste.

Al llegar a la cima me preparo un café. Cafe en las nubes.

Articulo publicado originariamente en: https://hive.blog/hive-174578/@patagonian-nomad/the-great-journey-of-route-40-in-argentina-from-north-to-south-the-third-stage-a-coffee-in-the-middle-of-the-clouds