Por: Pedro Campos
Tomado de: Diario de Cuba
El periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista, del Gobierno y del Estado cubano —todo en uno, la misma cosa—, no se respeta a sí mismo, ni respeta las relaciones diplomáticas establecidas hace casi dos años con EEUU, según se desprende de la publicación de las ultimas reflexiones de Fidel Castro, “El destino incierto de la especie humana”, en su edición del pasado domingo.
Además de sus incongruencias y de reflejar el negativo, depresivo y pesimista estado de ánimo del nonagenario líder populista cubano en su ocaso, es una falta de consideración y de ética diplomática, recomendar una “medalla de barro” para el presidente Barack Obama, el que más ha hecho por resolver el diferendo histórico entre Cuba y EEUU y por el levantamiento del embargo que Fidel Castro utilizó siempre como justificación para todos sus desastres y políticas antidemocráticas y represivas.
Los adversarios de la normalización de relaciones entre ambos países utilizarán el dislate para recriminar a Obama y “demostrarle” así el poco valor que le brinda el propio Gobierno cubano que se burla de él de esa manera después de haberlo “usado”.
Ojalá que la Casa Blanca no le dé importancia a esas “reflexiones” y las pase por alto, pues más bien parecen destinadas a provocar un incidente diplomático y bien pudiera ser parte de la campaña fidelista para continuar entorpeciendo el avance del proceso de normalización, algo en lo que viene empeñado el “campeón del antiyanquismo” desde el mismo momento en que se restablecieron las relaciones, cuando escribió en otra de sus reflexiones: “Yo nunca conversé con ellos“, o cuando criticó la visita del presidente de EEUU a Cuba, en su publicación de irónico título “El hermano Obama”.
Imagino que de alguna manera, estas “reflexiones” no deben hacer mucha gracia a su hermano Raúl ni a los militares interesados en continuar mejorando las relaciones con el vecino del Norte en todos los sentidos. Especialmente, en continuar aumentando los ingresos provenientes de un mejor intercambio comercial y económico con EEUU.
Es significativo que este desaguisado fidelista se produzca cuando el Gobierno cubano trata de conseguir otros cambios en la política de EEUU que aflojen las cuerdas del embargo, antes de que finalice el tiempo de Obama en la presidencia.
La diplomacia cubana pudiera estar en apuros y probablemente esté haciendo llegar a la estadounidense alguna explicación, si no quiere verse comprometida con ese vejamen. Aunque no es descartable que en sus análisis concluya que ya Obama al final de su mandato no está en capacidad de actuar y nada puede hacer, despreciando el escenario futuro inmediato.
Fidel Castro podría escribir lo que se le ocurra a estas alturas. Lo que no tiene mucho sentido es queGranma lo publique en primera plana, tratando de atizar el fuego contra EEUU y específicamente contra su presidente Barack Obama, en una muestra de que ni parecen entender que ya no estamos en la época de la Guerra Fría, cuando lo común era el insulto a los presidentes de EEUU.
Es una mala señal de los tiempos que corren en Cuba y evidencia de la incoherencia presente en el Palacio de la Revolución, aunque algunos relativizan el tema diciendo que los hermanos Castro están puestos de acuerdo y juegan al “policía bueno y al policía malo” para mantener la confusión en el pueblo y el adversario, aunque más bien parecieran rehenes de una tolerancia mutua obligada por las circunstancias históricas.
Los que creían que el caudillo habría perdido toda significación en Cuba, quizás ahora comprendan mejor por dónde van los asuntos internos del Gobierno cubano, por qué tanto desastre continuo, incongruencias y doble discurso.