Revista Cultura y Ocio

El Guardián de los Secretos, de Carolina Iñesta Quesada

Publicado el 09 julio 2014 por Covadonga Mendoza @Cova_Mendoza
El Guardián de los Secretos, de Carolina Iñesta QuesadaEl guardián de los secretos
Carolina Iñesta Quesada
Editorial Versátil
400 páginas
Sinopsis:
La estudiante española Anna es atacada en Florencia por unos desconocidos. Su salvador, un atractivo joven, le ruega que lo acompañe si quiere salvar su vida. Anna se lanza a una aventura a través de Europa en busca de un tesoro vinculado a ella y a su familia desde el siglo XVI, cuando una joven guerrera rompió con su esclavitud y huyó con un valioso libro. Pero no serán los únicos que vayan tras el secreto. Sectas misteriosas, alquimia, el poder de la sangre, religión, amor, traiciones y cambios de bando… a todo esto tendrá que enfrentarse Anna en su periplo en busca de la verdad.
Comentario:
Aunque el marketing de la obra hace suponer que se trata de una novela juvenil y romántica (y los primeros capítulos parecen corroborarlo), “El Guardián de los secretos” podría adscribirse mejor al género de novela de aventuras con búsqueda de un tesoro o conocimiento que puede cambiar el curso de la historia o, en este caso, de la religión cristiana, con un leve toque fantástico, que no se aprovecha mucho. Lo más juvenil es la edad de varios de los protagonistas; el tratamiento, por ejemplo, es adulto (pero no en el sentido de que haya escenas delicadas, sino en la madurez de la exposición); en cuanto al elemento romántico, está bastante diluido y no es lo principal, aunque también existen unas gotitas en las dos historias paralelas, que, sin embargo, no distraen en ningún momento de la trama central. 
El arranque de la novela me ha parecido lo más flojo, con unas motivaciones de la protagonista para lanzarse a la aventura con un desconocido, tras haber sido agredida, algo endebles (una siempre se pregunta en estos casos ¿por qué no avisan a la policía?). Sin embargo, pasados los primeros capítulos la novela va in crescendo en cuanto a interés y también en cuanto a calidad y empaque de la narración.
Dado que el relato se ambienta en dos épocas distintas, la autora utiliza la primera persona para la narradora de la época actual, una estudiante española en Florencia, y la tercera para narrar los hechos a los que no tiene acceso este personaje, además de para la historia del pasado, situada en el siglo XVI, que, para mi gusto, es la más interesante.
Resulta destacable que los roles de protagonistas (en las dos líneas narrativas) y de antagonista los lleven tres mujeres fuertes que actúan por ellas mismas. El personaje que más me ha gustado es el de la esclava turca, una auténtica luchadora, en todos los sentidos de la palabra. Sin embargo, la villana me ha resultado poco creíble y algo unidimensional.
Como novela de aventuras religiosas contiene todos los ingredientes del género, quizás demasiado obviamente: sectas que custodian o persiguen secretos desde hace siglos, libros misteriosos y conocimientos heredados a través de generaciones, una cierta crítica a las manipulaciones de la iglesia sobre sabidurías anteriores, malvados obsesivos y dementes, criptogramas, viajes por varias ciudades europeas en busca de la verdad, monumentos histórico artísticos cargados de leyendas, referencias a mitos y temas mágicos (magia, alquimia) o personajes vinculados al ocultismo, como Isabel Bathory, Bérenguer de Saunière, Vlad Draculea… Y como ocurre en el resto de novelas de este estilo, a veces te ves obligada a suspender la incredulidad en algunas escenas, especialmente en las que suceden en lugares como El Escorial, etc., o con algunos detalles y formas de resolver situaciones.
Hay algún pequeño patinazo en el uso de la primera persona como cuando dice “Se me notó en la cara” (ella no puede saber si se le notó o no, en todo caso puede imaginarlo o suponerlo a juzgar por la sensación de calor, etc), pero en general está bien llevada. 
La protagonista, gracias a una regresión hipnótica, es capaz de ver lo que ha acontecido con la heroína del siglo XVI, antepasada suya. De este modo, los capítulos que nos muestran esta historia, aunque están en tercera persona, en realidad están insertados en la perspectiva de la narradora.
Aunque se percibe que la autora se ha documentado sobre variados temas, sobre todo esotéricos, también hay algún que otro dato dudoso, como por ejemplo la referencia a la “doncella de hierro”, de la que uno de los personajes del pasado dice: “Llaman a esta caja la Iron Maiden”. Teniendo en cuenta que el origen de este instrumento de tortura es alemán (Núremberg) resulta extraño que unos húngaros se refieran a ella en inglés (esto, dejando aparte que tampoco es seguro que existiera en la época, pero dado que está en la leyenda de la Bathory, lo damos por válido). 
Tampoco tiene mucho sentido que un personaje use un pergamino (material escaso y muy valioso, solo usado para códices y documentos importantes), para escribir una nota a vuelapluma y dársela a la protagonista del pasado.
De igual modo, suena raro que los personajes del XVI cuando están en Francia y hablando entre ellos en francés, intercalen en sus discursos expresiones como s’il vous plaît, monsieur, tout de suite. Es decir, se supone que también el resto del parlamento está en francés, ¿por qué transcribir unas palabras sí y otras no? De todas formas, esto es algo que he visto en miles de novelas, aunque me parece que no es un buen recurso para ambientar.
Otra cosa que me ha parecido un poco anticlimática es que se revele en un capítulo, casi al inicio, quién es o qué es, cierto personaje, cuya, condición, por otro lado, tampoco tiene relevancia en la historia ni cuadra con el resto ni se explica luego, quedando ahí como una especie de fleco o cabo suelto un poco extraño. Así  mismo, parecen sobrar las alusiones iniciales y la descripción de la relación del personaje femenino con sus amigas, las cuales no aparecen ni tienen intervención en la historia.
Las descripciones de las ciudades visitadas (París, Florencia, Elche, etc) sí me han parecido acertadas, aunque algo prolijas. Se nota que la autora las conoce personalmente por los detalles que incorpora (sobre todo Florencia).
En otro orden de cosas, no me ha quedado muy claro cómo puede afectar a la Iglesia el “secreto”, aunque sí se comprende que deseen deshacerse de la parte más “peligrosa” de la revelación.
En resumen, una obra bastante entretenida, bien escrita (mejor que Dan Brown, desde luego), ágil (solo en ocasiones algo densa), llena de lances, personajes audaces, misterios, etc, quizás demasiado similar a otras del mismo estilo, pero que, precisamente, por eso, satisfará las exigencias de los amantes de las aventuras literarias con un fondo de ocultismo.
Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu opinión.

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