Revista Cultura y Ocio

El guardián invisible. Dolores Redondo

Publicado el 03 abril 2013 por Carmina
El guardián invisible. Dolores RedondoPocas veces me entrego al placer de terminar un libro y abordar su reseña, generalmente porque no siempre dispongo de tiempo para hacerlo, o de la mente despejada. Últimamente y con la cantidad de libros que se agolpan en mi estantería para ser leídos escoger lectura me resulta complicado, sobre todo porque todas ellas me seducen por un motivo o por otro. Si soy sincera la mayoría de ellas pertenecen al género negro, que me apasiona, algunas al histórico y también las hay que apelan a los sentimientos y te hacen verter esa lágrima que en mi caso aseguro que no es tan fácil.
Intento intercalar géneros, porque si no al final terminan confundiéndome las tramas, los detectives, asesinos y líneas argumentales, o agobiándome tanto que termino con la sensación de no poder digerir un cadáver más como en febrero. Después de un mes de marzo en el que no he leído nada del género y que solo he reseñado una de las que tenía pendiente, he vuelto a la novela negra, en la que el mal está presente y no sólo en la figura del asesino, una historia a la que le tenía muchas ganas y que no me ha defraudado en absoluto, demostrándome una vez más que en España tenemos buenos escritores.
El guardián invisible me cautivó desde su contraportada, desde una sinopsis que sabe atrapar como pocas, dando la información precisa y dejándote con las ganas de asomarte a un libro que te da lo que promete e incluso más. Dolores Redondo ha creado una novela como su propio apellido, en la que la tradición y la mitología vasco-navarra tiene un peso importante, en la que los personajes están muy bien dibujados, tienen fuerza, respiran y sienten y sobre todo en la que mal campa a sus anchas y se adivina detrás de más de un personaje, por lo tanto nos encontramos con una novela negra 100%
La autora
Poca es la información que he encontrado sobre la autora así que os dejo la que ofrece la editorial en la solapa interior.
El guardián invisible. Dolores RedondoDolores Redondo nació en Donostia- San Sebastián en 1969, estudió Derecho y Restauración gastronómica, y durante algunos años se dedicó a distintos negocios. Comenzó escribiendo relatos cortos y cuentos infantiles, y la novela Los privilegios del ángel.
Vive en la ribera Navarra donde sigue escribiendo la trilogía del Batzán con la inspectora Salazar de  protagonista. La primera entrega de esta trilogía El guardián invisible es un fenómeno editorial con su publicación en diez lenguas y al venta de los derechos cinematográficos al mismo productor que apostó por la trilogía Milennium, de Stieg Larsson.
Argumento
Nos encontramos ante una novela compleja, en la que se pueden desvelar muchas pistas de modo que prefiero dejaros la sinopsis que a mi me hizo desear esta novela por encima de cualquier otra cosa.
"Ainhoa Elizasu fue la segunda víctima del basajaun, aunque entonces la prensa todavía no lo llamaba así. Fue un poco más tarde cuando trascendió que alrededor de los cadáveres aparecían pelos de animal, restos de piel y rastros dudosamente humanos, unidos a una especie de fúnebre ceremonia de purificación. Una fuerza maligna, telúrica y ancestral parecía haber marcado los cuerpos de aquellas casi niñas con la ropa rasgada, el vello púbico rasurado y las manos dispuestas en actitud virginal."
En los márgenes del rio Batzán, en el valle de Navarra, aparece el cuerpo desnudo de una adolescente en unas circunstancias que lo ponen en relación con un asesinato ocurrido  en los alrededores un mes atrás.
La inspectora de la sección de homicidios de la Policía Foral, Amaia Salazar, será la encargada de dirigir una investigación que la llevará de vuelta a Elizondo, una pequeña población de  donde es originaria y de la que ha tratado de huir toda su vida. Enfrentada con las cada vez más complicadas derivaciones del caso y con sus propios fantasmas familiares, la investigación de Amaia es una carrera contrarreloj para dar con un asesino que puede mostrar el rostro más aterrador de una realidad brutal al tiempo que convocar a los seres más inquietantes de las leyendas del Norte.
¿Tentador verdad?
Impresiones
La novela me ha sorprendido muy gratamente, a veces cuando leemos tantas reseñas positivas sobre un libro nos creamos unas expectativas tan altas que este no llega a colmarlas, y el temor a que me sucediera con esta novela lo que con muchas otras me tenía atenazada, comencé a leer con reticencias como si en cualquier momento se me fuera a desmoronar el castillo de naipes que yo había construido entre nubes. Pero he de reconocer que la autora me ganó desde las primeras líneas con su prosa, y que no solo colmó las expectativas que me había formado si no que las rebasó.
Para mí el éxito de esta novela se sustenta en varios pilares, creo que el principal es el lugar donde se desarrolla, el valle del Batzán tan rico en leyendas, en tradiciones y en mitología, y como no en la sabia introducción de este elemento en la narración, con naturalidad y coherencia, sin forzar los hechos.
Pero no menos importante es su inspectora, una mujer que arrastra un trauma infantil, un mujer fuerte que se enfrenta a los fantasmas de su pasado,  que le regalan pesadillas y noches en blanco. Pero no es una detective al uso, porque la mayoría son seres solitarios, sin embargo, Amaia Salazar tiene unas fuertes raíces familiares, un arraigo en su tierra, y forma parte de un núcleo familiar formado en la actualidad integramente por mujeres que se sostienen unas a otras.
La dureza del tema que trata se ve un poco mitigado por esas leyendas y creencias tan arraigadas en el Norte de España y nos hace pasar del horror al escepticismo, en mi caso, porque reconozco que aunque me gusta la mitología y las leyendas no creo en ellas, sin embargo en muchas ocasiones me veía buscando una explicación y pistas en ellas porque de otra forma me resultaba imposible.
Y otro de los pilares es la desmitificación de esas series americanas a las que yo he sido tan aficionada y que tiempo después dejé de ver porque me parecían muy poco reales, me han gustado las lineas que la autora le ha dedicado al fenómeno CSI, Mentes Criminales, Bones y otras que ultimamente han proliferado en la pequeña pantalla como setas.
Ambientación espacial
Al hablaros de Pálido monstruo, ya os comenté que me gustan las novelas que se ambientan en enclaves poco conocidos, pareciera que el mal había echado raíces en ciudades grandes y preferiblemente extranjeras como Nueva York, Chicago, Berlin... y que nuestra tierra estuviera preservada de él, y si este se manifestaba solo pudiera hacerlo en ciudades como Madrid y Barcelona. Últimamente por suerte los autores están apostando por el territorio que conocen, por la tierra que en muchos casos les ha visto nacer, crecer y hacerse adultos y eso se nota en la calidad de las descripciones y le da veracidad a la historia
El espacio físico en el que transcurre una novela para mi es tan importante como los personajes que se pasean por ella. No tengo la suerte de conocer Navarra ni el País Vasco, sin embargo he disfrutado de las descripciones que la autora nos ofrece del Valle del Batzán, de Elizondo, de sus costumbres y de su gente.Pasear por el bosque, por este pequeño pueblo rural, incluso lo poco que lo he podido hacer por Pamplona ha sido un lujo que agradezco profundamente a la autora, me ha dibujado un paisaje abrumador, de una belleza impresionante y con una carga de misterio tan tangible, que he deseado hacer la maleta y visitar ese río en el que se escenifican los crímenes, he sentido los aromas dulzones del obrador Salazar, la penetrabilidad del guiso de cordero de tía Engrasí.
Dolores Redondo también ha tenido un homenaje a la gastronomía de su tierra, a los dulces tipicos, vinos y guisos, de la mano de Flora y del obrador de la familia Salazar hemos conocido los dulces, de la mano de tía Engrasi nos hemos deleitado con los olores que salían de su cocina, del guiso de cordero y otras exquisiteces que me gustaría un día probar. De las visitas a restaurantes de nuestros personajes hemos podido descubrir vinos. Y es que dentro de la ambientación espacial el contextualizar en las tradiciones gastronómicas es para mi un placer, que ya he podido disfrutar en autores como Domingo Villar y su homenaje a la comida y los vinos gallegos.
Para aquellos que disfrutéis de las descripciones y que os guste desplazaros por los distintos rincones de la geografía gracias a la literatura encontrareis en esta novela una gran gratificación.
Personajes
Nos encontramos ante una novela coral, con una gran multitud de personajes, todos ellos bien dibujados, y trazados, con una sicología bien perfilada, con filias, fobias y temores. Sin embargo hay algunos que intuimos que se repetirán a lo largo de la trilogía y otros se diluirán con el final de esta novela. Hablar de todos ellos sería un poco complicado y puede que también os desvelara aspectos que merece que descubráis vosotros mismos en la lectura, por ello resaltaré aquellos que me parecen más importantes.
Amaia Salazar, es nuestra protagonista, una mujer que tiene un pasado oscuro, que arrastra un trauma infantil que le regala pesadillas recurrentes y noches en blanco. Regresar a Elizondo hace que las pesadillas se intensifiquen y que su equilibro síquico se resienta. Una mujer fuerte, inteligente, bella y bien formada academicamente. Por ello su jefe la pone al frente de una investigación que se preve difícil, y que le dará muchos sinsabores...
La relación con sus hermanas en ocasiones es difícil, sin embargo terminan haciendo piña para sostenerse unas a otras.
Flora Salazar: Todo un carácter, es la hermana mayor de Amaia, una mujer fuerte, dominante, y que gusta de mesnospreciar a la gente de su alrededor, poca simpatía sentiremos por ella, sin embargo iremos entendiendola conforme avanza la novela, aunque no disculpándola.
Rosaura Salazar: La otra hermana de Amaia, una mujer que no ha tenido suerte en la vida, casada con un vividor, toma finalmente las riendas de su vida, tomando decisiones que le causan mucho dolor. Una mujer que cree en las leyendas y la mitología, en la magia, las brujas y el tarot.
Tía Engrasi: Es un personaje entrañable, que vamos conociendo paulatinamente a lo largo de la historia, es una anciana sabia, respetuosa con las supersticiones, leyendas y mitología, que cree en la magia de la cartas y en la presencia del mal en el valle y en la vida de su familia. Una mujer conciliadora que intenta mantener unida a su familia cual matriarca, a pesar que no le ponen las cosas fáciles.
En el terreno masculino destacar a:
James: El marido de Amaia, un escultor americano que la ama profundamente, que tiene el poder de aplacar a sus demonios interiores, un hombre yo diría que perfecto o casi perfecto, el que desearíamos tener muchas a nuestro lado, comprensivo con su esposa, amable con su familia...
Fermín Montes: Sentir simpatía por el es complicado, encarna todos los defectos del macho alfa español, se piensa mejor que una mujer y cuando no le encargan la jefatura de la investigación se dedica a poner ruedas de molino en el camino de Amaia. Un dandy en el vestir que no se traslada a sus modales con las mujeres, a las que claramente considera seres inferiores.
Jonan Etxiade: A pesar de su juventud, su carrera promete, antropólogo y arqueologo, intenta congraciar la profesión policial y su cargo de subinspector, con las leyendas y mitología del valle. Es fácil sentir simpatía por él, posiblemente es de los pocos que se mantienen fieles a su jefa y en los que puede confiar.
Zabalza: de la policía de Elizondo, este personaje es bastante hipócrita, misógino como pocos, le muestra la cara amable a la inspectora cuando en realidad la desprecia y cree que en su lugar debería estar el inspector Montes.
Iriarte: Quizás la cara más amable de la policía de Elizondo, un hombre que adora a su mujer y a sus hijos, y que le muestra respeto a su superiora, aunque a veces no vea claras sus decisiones. Un personaje que seguramente se ganará la voluntad de todos los lectores.
El doctor San Martín. El jefe forense, me han gustado sus lecciones, de su mano se desmitifican muchos de los errores a los que nos pueden inducir las series forenses. Me ha gustado esa forma aleccionadora hacia los principiantes que apuntan maneras. Su forma de entender la muerte y de postrarse ante ella, sin arriesgar hipótesis, más las que el cadáver ofrece a simple vista. Sus apariciones son esporádicas pero esperadas.
Y ya por último me gustaría dejaros unas pinceladas de dos personajes que me han llamado la atención los expertos en osos. El doctor González y la doctora Nadia Tachenko, peculiares como ellos solos pero grandes profesionales que nos adentran en un mundo al menos para mi desconocido, como es la preservación de especies, que nos llevan hasta Ainsa en Huesca y nos adentran en su trabajo.
Mención aparte creo que me merecen las víctimas, a todas ellas se nos las presenta con dos caras, creo que la autora es muy poco benévola con ellas, quizás no merecieran esa suerte pero tampoco eran trigo limpio,y quizás con quién es más dura es precisamente con la última con Anne.
A riesgo de alargar mucho más este capitulo, creo que mejor dejarlo en este punto y que vosotros mismos vayáis descubriendo a los que quedan.
Mitología y leyenda
Desde siempre he oído decir que el Norte de España es muy rico en leyendas y mitología, que creían en brujas y en el mal encarnado en mujeres oscuras, capaces de hacer mucho daño a quien se cruzaba en su camino.
Quizás el clima tenga algo que ver en ello, la niebla, la lluvia constante, quizás las tradiciones arraigadas tan diferentes de las de la cuenca mediterranea que yo habito. Siempre me han llamado la atención y sobre todo me ha gustado encontrármelas de forma natural en las narraciones. No es la primera vez que me encuentro con la diosa Mari, que encarna la fertilidad, ya me cruce con ella en Tiempo de Arena cuando Munda visita un enclave rural en el País Vasco.
La existencia y creencia en las brujas es algo conocido en el Norte, sin embargo me ha  sorprendido que hubiera mujeres a las que no consideraban solo brujas, si no a las que les daban un titulo todavía peor, mujeres perversas y diabólicas dispuestas a hacer el mal y que incluso después de muertas iban a seguir haciéndolo.
Y ya quizás lo que más me ha sorprendido ha sido el basajaun, un ser muy parecido a big foot, un personaje que se dedica a cuidar del equilibrio de la naturaleza y que huye de los humanos, sin embargo se dedica a ayudarlos y a dejarse ver cuando lo considera oportuno.
La forma en la que la autora introduce estos elementos en la narración es exquisita, quedan introducidos de forma natural a través de la creencia en ellos de personajes como Ros, la tía Engrasi o el mismo Jonan,y esto hace que lo percibamos de forma positiva, incluso  aquellos que como yo no gustan de la fantasía dentro de ciertos géneros.
El estilo
Dolores Redondo hace gala de una prosa elegante, sencilla, sin adornos innecesarios y a la vez bella. La historia está narrada en tercera persona por una narrador omnipresente que nos permite ver la historia desde varios ángulos. A la vez y en cursiva aparecen intercalados en algunos capítulos retazos de lo que ocurrió en 1989 cuando Amaia era una niña y que la marcó para siempre, y también nos explica esas pesadillas recurrentes que tiene prácticamente cada noche y que convierten el sueño en una tortura para la inspectora.
La novela está dividida en 43 capítulos de extensión variable que van enganchándonos irremediablemente a la trama y en la que combina de forma magistral la sicología de los personajes y las leyendas locales, porque todos los personajes esconden algo, tienen una parte oculta que temen que se descubra.
Dolores Redondo hace gala de una nueva forma de hacer novela, buscando un enclave atractivo, bello y misterioso, escogiendo una inspectora que si bien tiene una pasado que la atormenta, no esta sola, sino que se apoya en una familia fuerte, en una suerte matriarcado que termina agrupándolas en torno a tia Engrasi haciendo una piña.
En ocasiones me han resultado un poco dificiles los términos en euskera, pero al final del libro hay un glosario para que en ningún momento nos sintamos perdidos y también en algún momento de la narración la autora nos los explica, por lo que no han supuesto ninguna traba a la hora de disfrutar una novela que ha durado muy poco entre mis manos.
Conclusión
Una lectura imprescindible para los amantes de la novela negra, una autora a tener un cuenta, una inspectora que seguro que no te resulta indiferente, y una familia que dará que hablar en próximas entregas. El caso que se investiga termina en esta novela, pero ya se apuntan los hilos por los que discurrirá la segunda parte que la autora ya tiene escrita y que espero no tardemos mucho en disfrutar.
Si he conseguido picar tu curiosidad no dejes de adentrarte en el valle del Batzán de la mano de Dolores Redondo y de Amaia Salazar.
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