Revista Salud y Bienestar
El h. de montilla pilota un proyecto de comunicación inmediata de resultados 'alarmantes' en pruebas diagnósticas
Por Fat
El Hospital de Montilla (Córdoba) está pilotando un nuevo procedimiento para agilizar la comunicación de los resultados denominados 'alarmantes' obtenidos en pruebas radiológicas y análisis sanguíneos realizados a los pacientes.
En concreto, y de acuerdo con la información facilitada, se trata de aquellos resultados que no se encuentran dentro de los valores considerados normales y requieren la toma de una decisión terapéutica inmediata. Según explicó la consejera de Salud de Andalucía, María Jesús Montero, el hospital dispone de un protocolo de actuación en el que se detalla el circuito que los profesionales deben seguir cuando se obtiene un dato de este tipo como resultado de determinadas pruebas médicas. Así, el procedimiento establece un tiempo máximo de 30 minutos para poner en conocimiento del facultativo responsable, el dato derivado de la prueba realizada al paciente.
Dicho proceso permite que el facultativo conozca, de manera precoz, la anomalía obtenida en la lectura de la prueba médica, lo que redunda en una mejora de la seguridad del paciente y le garantiza una actuación más rápida ante su problema. Además, las nuevas tecnologías con las que cuenta el citado hospital, como el sistema de digitalización radiológica o el trabajo en red de los equipos informáticos, contribuyen también a agilizar la recepción y conocimiento de los resultados obtenidos en las pruebas diagnósticas.
El protocolo explica pormenorizadamente los pasos a seguir a la hora de comunicar el resultado de la prueba. En primer lugar, el profesional se asegura de que dicho resultado no es falso positivo. Del mismo modo, se revisa la historia clínica del paciente. A continuación, el analista del laboratorio o el radiólogo, se encargan de comunicar el valor del resultado junto con el nombre del paciente y el número de su historia clínica. Por último, los profesionales sanitarios encargados de interpretar la prueba registran en un informe los datos y el proceso de comunicación de los mismos, lo que permitirá medir el impacto y la trazabilidad de la aplicación del procedimiento.
Una vez transmitido al facultativo responsable el resultado de la prueba, éste aplica el tratamiento más adecuado al paciente. La puesta en marcha de este protocolo se enmarca dentro de las buenas prácticas para la seguridad del paciente, promovidas por la Organización Mundial de la Salud. En este sentido, la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía desarrolló el Observatorio para la Seguridad del Paciente encargado de promover estas buenas prácticas.
En concreto, y de acuerdo con la información facilitada, se trata de aquellos resultados que no se encuentran dentro de los valores considerados normales y requieren la toma de una decisión terapéutica inmediata. Según explicó la consejera de Salud de Andalucía, María Jesús Montero, el hospital dispone de un protocolo de actuación en el que se detalla el circuito que los profesionales deben seguir cuando se obtiene un dato de este tipo como resultado de determinadas pruebas médicas. Así, el procedimiento establece un tiempo máximo de 30 minutos para poner en conocimiento del facultativo responsable, el dato derivado de la prueba realizada al paciente.
Dicho proceso permite que el facultativo conozca, de manera precoz, la anomalía obtenida en la lectura de la prueba médica, lo que redunda en una mejora de la seguridad del paciente y le garantiza una actuación más rápida ante su problema. Además, las nuevas tecnologías con las que cuenta el citado hospital, como el sistema de digitalización radiológica o el trabajo en red de los equipos informáticos, contribuyen también a agilizar la recepción y conocimiento de los resultados obtenidos en las pruebas diagnósticas.
El protocolo explica pormenorizadamente los pasos a seguir a la hora de comunicar el resultado de la prueba. En primer lugar, el profesional se asegura de que dicho resultado no es falso positivo. Del mismo modo, se revisa la historia clínica del paciente. A continuación, el analista del laboratorio o el radiólogo, se encargan de comunicar el valor del resultado junto con el nombre del paciente y el número de su historia clínica. Por último, los profesionales sanitarios encargados de interpretar la prueba registran en un informe los datos y el proceso de comunicación de los mismos, lo que permitirá medir el impacto y la trazabilidad de la aplicación del procedimiento.
Una vez transmitido al facultativo responsable el resultado de la prueba, éste aplica el tratamiento más adecuado al paciente. La puesta en marcha de este protocolo se enmarca dentro de las buenas prácticas para la seguridad del paciente, promovidas por la Organización Mundial de la Salud. En este sentido, la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía desarrolló el Observatorio para la Seguridad del Paciente encargado de promover estas buenas prácticas.
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