Nunca vi con buenos ojos a la ONU, siempre me ha parecido una organización corrupta que sirve para bien poco. Como primer paso a la verdadera solución de los problemas mundiales, debería plantearse el final de dicha organización, y si la historia que la antecede no es suficiente motivo para avalar mi idea, tal vez la última decisión de dicha organización sirva para dar más fundamento a mis palabras.
En un acto, imagino que de embriaguez, porque de otra manera no la entendería, la organización ha querido poner al mando de la lucha contra al hambre en el mundo a unos de los mayores genocidas de la historia reciente de África. Paul Kagame, actual Presidente de Ruanda, hará de dupla atacante contra el hambre con el presidente de nuestro país, José Luis Rodríguez Zapatero. Dicho sujeto, y me refiero al Señor Paul Kagame, que no a nuestro presidente que ya todos conocemos de sobra, es conocido por su papel durante el genocidio de Ruanda, en 1994, y su intervención en la Segunda Guerra del Congo. En aquel genocidio hubieron más de 800.000 muertos, obligó a más de 2 millones de personas a convertirse en refugiadas e hizo a 100.000 niños huérfanos. Un genocidio financiado, en parte, con el dinero sacado de programas de ayuda internacionales, tales como la financiación proporcionada por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional bajo un Programa de Ajuste Estructural. Se calcula que se gastaron 134 millones de dólares en la preparación del genocidio. La ONU, como no, hacia gala por aquel entonces de su total ineptitud, diciendo que no se estaba produciendo tal genocidio y no haciendo nada para evitarlo.
El próximo 16 de julio Paul Kagame visitará España, país donde curiosamente ha sido procesado por genocidio, invitado por José Luis Rodríguez Zapatero para preparar la cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que tendrá lugar en septiembre de 2010 en la sede de Naciones Unidas (ONU).
Después del caso Teodoro Obiang con la UNESCO y ahora el de Paul Kagame con la ONU, me empiezo a dar cuenta, a cuantos genocidas y déspotas dictadores históricos, no se le ha sacado suficientemente provecho. Stalin o Hitler, sin duda hubieran hecho grandes carreras humanitarias en nuestra época. Poco podemos esperar de un mundo que pone a sus mayores criminales al frente de la lucha por los problemas mundiales, y deja en manos de títeres corruptos las grandes decisiones.
Fuentes que interesa leer:-Un genocida para luchar contra el hambre
-Paul Kagame
-¿Un genocida al frente de la lucha contra el hambre?
-Ruanda | Paul Kagame, Presidente de la República