Revista Religión

El hereje lutero a la luz de santo tomás de villanueva, agustinos, 500 años después

Por Joseantoniobenito
EL HEREJE LUTERO A LA LUZ DE SANTO TOMÁS DE VILLANUEVA, AGUSTINOS, 500 AÑOS DESPUÉS EL HEREJE LUTERO A LA LUZ DE SANTO TOMÁS DE VILLANUEVA, AGUSTINOS, 500 AÑOS DESPUÉS EL HEREJE LUTERO A LA LUZ DE SANTO TOMÁS DE VILLANUEVA, AGUSTINOS, 500 AÑOS DESPUÉS

En este V Centenario de Lutero, me da mucho gusto compartiros el luminoso trabajo de F.Javier Campos, director del Instituto de Estudios Escurialenses, sacerdote agustino, sobre dos agustinos como él, que tipifican lo que el gran historiador Ricardo García Villoslada denomina verdadera reforma -la de Santo Tomás de Villanueva- y la pseudo-reforma o ruptura -la de Lutero- y que son prácticamente contemporáneos.

Mi objetivo es contribuir al objetivo bien claro manifestado por el Papa Francisco en su viaje a Suecia con motivo del V Centenario de la ruptura luterana:

Doy gracias a Dios por esta conmemoración conjunta de los 500 años de la Reforma, que estamos viviendo con espíritu renovado y siendo conscientes que la unidad entre los cristianos es una prioridad, porque reconocemos que entre nosotros es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. El camino emprendido para lograrla es ya un gran don que Dios nos regala, y gracias a su ayuda estamos hoy aquí reunidos, luteranos y católicos, en espíritu de comunión, para dirigir nuestra mirada al único Señor, Jesucristo. El diálogo entre nosotros ha permitido profundizar la comprensión recíproca, generar mutua confianza y confirmar el deseo de caminar hacia la comunión plena. ( Malmoe 31 de octubre de 2016).

Esto no significa obviar las consecuencias. Algunas claves de gran interés -desde el estudio de la filosofía de la historia- se pueden encontrar en el profundo análisis acometido por Jaime Balmes en 1842 y que tituló "El protestantismo comparado con el catolicismo y sus relaciones con la civilización europea". No puede ser más explícito:

Antes del Protestantismo, la civilización europea se había desarrollado tanto como era posible; el Protestantismo torció el curso de esta civilización, v produjo males de inmensa cuantía a las sociedades modernas; los adelantos que se han hecho después del Protestantismo, no se han hecho por él, sino a pesar de él

Tamaño acontecimiento no se puede despachar en un breve artículo. Ríos de tinta corren en torno a los mentores e ideas vinculadas con el protestantismo. Un capítulo decisivo para ver su incidencia en España y América, tiene que ver con la relación de Lutero con Erasmo, con el Humanismo, y el contexto cultural universitario, en particular el vivido en la recientemente renovada de Alcalá de la mano del Cardenal Cisneros.

Un estudio de gran calado acerca del mundo espiritual renacentista fue el de M. Bataillon "Erasmo y España". Al reseñar esta magna obra, sin embargo, Ricardo García Villoslada apostilla que algunas de las características que Bataillon atribuye al erasmismo son en realidad corrientes en la teología católica, por ejemplo lo relacionado con la fe viva. Para él, los erasmistas españoles han visto a su maestro con ojos católicos el día en que se estudien debidamente las figuras de Santo Tomás de Villanueva, del Beato Ávila y de otros apóstoles populares, y también la historia de la predicación cristiana, de la teología y de la mística, se llegará a la conclusión de que no fue el erasmismo sino los frailes españoles quienes contribuyeron principalmente a la cultura de España en su Siglo de Oro. Así se comprueba en personajes tan distintos y distantes como el primer obispo de México, Fray Juan de Zumárraga, forjado en el horno franciscano del convento del Abrojo (Valladolid) y el jesuita Alonso de Barzana, misionero en el Cuzco, discípulo de San Juan de Ávila, ejemplos de religiosos observantes que se nutren del poderoso movimiento reformista antes de Trento.

En el acucioso estudio "Santo Tomás de Villanueva y Lutero" se nos presentan las vidas paralelas de dos agustinos gigantes, profesores universitarios, Lutero en Erfurt y Wittenberg (Alemania), Villanueva en Alcalá y Salamanca (España). En noviembre de 1516 el catedrático de Artes (Filosofía) de la Universidad de Alcalá Tomás García Castellanos tomaba el hábito de agustino en el convento de Salamanca. Cuando profesaba el 25 de noviembre del año siguiente hacía pocos días -31 de octubre 1517- que fray Martín Lutero había propuesto en Wittenberg 95 tesis para un debate sobre las indulgencias, iniciándose lo que sería la Reforma protestante.

Lutero nace en 1483 y Tomás en 1486, muriendo el primero en 1545 y el segundo en 1555.

Lutero cursa sus estudios desde 1501 Artes en la Universidad de Erfurt, Magister. 1505 Derecho. Ingresa en la orden agustiniana. Sacerdote: 1507. Profesor de Ética y Teología: 1508. Viaje a Roma: 1510. Doctor en Teología (Sagrada Escritura): 1512. Actitud crítica frente a la teología "oficial" escolástica. Polémica: Escritos heréticos 1517 Excomunión por el Papa León X, bula "Exurge Domine". 1523 y 1534 traduce la Biblia al alemán, acogido por el noble Federico el Sabio en el castillo de Wartburg. 1525 revuelta campesina de Muntzer. 1536 Artículos de Esmalcalda (resumen de su doctrina). Muere el 18 de febrero de 1545.

Por su parte,Tomás de Villanueva nacióel 1486, 3 años después que Lutero, en Fue alumno de Humanidades (de 1501 o 1502 a 1508) donde obtuvo el Bachillerato en Artes. Como universitario-de 1508 a 1512-, en los que terminó Artes -Filosofía-, recibiendo el grado de Maestro en 15095, inmediatamente después de haber obtenido la Licenciatura, continuación estudió Teología (de 1509 a 1512), al parecer si terminar el ciclo. Villanueva de los Infantes, Ciudad Real.

Estas actividades académicas las realizó Tomás García sien-o colegial del Mayor de San Ildefonso11, en el que ingresó nada más ser abierto por su fundador el cardenal Cisneros. Allí fue alumno (1508-1512), primer consiliario de la Junta de Gobierno (1510-1511)13, y profesor (catedrático en Artes -Filosofía-,1512-1516) En 1516 finalizó el curso impartido como catedrático de Artes coincidiendo con alcanzar la máxima estancia de ocho años permitida en el Colegio de San Ildefonso según las Constituciones del fundador26, y surge el viejo problema de la salida del Maestro Tomás García de Alcalá y su traslado a Salamanca por haber desaparecido el Libro de Claustros de la Universidad correspondiente 1516. El hecho constatado en todas las biografías es que tomó el hábito en el convento de San Agustín de Salamanca el 21 de noviembre de 1516, festividad de Nuestra Señora de la Presentación. Fallece el 8 de septiembre de 1555, 10 años después que Lutero, en Fue canonizado el 1 de noviembre de 1658.

Las Conciones son sermones -unos 450- que Santo Tomás de Villanueva predicó a lo largo de su vida. En nueve de ellos se refiere a Lutero. Se añade, además, una explícita mención en su tratado sobre la Eucaristía. Santo Tomás traza de forma muy clara la consideración de hereje sobre Lutero. Esto significa que conocía perfectamente el tema luterano, bien siendo agustino, o por comunicaciones de la Orden, o por las noticias que como arzobispo recibía del nuncio y la curia romana. Como superior provincial agustino (1527 y 1534) mantenía contacto con el P. General. También le tocó la misión de visitador de librerías conventuales, nombrado por la Inquisición en 1536, por lo que le competía revisar los autores y títulos que se guardaban en las bibliotecas de las comunidades religiosas.

Hablamos de referencia a Lutero en sermones lo que quiere decir que no es debate académico de citar textos del reformador y argumentar con pruebas de la Sagrada Escritura y Santos Padres, y doctrina de la Iglesia. Sto. Tomás lo que hace es referirse a Lutero en algún pasaje doctrinal que utiliza el arzobispo y ataca al reformador. Incluso para dar más fuerza a sus palabras en algunos casos hace una llamada directa a Lutero como si pudiera escucharle. Comparto uno como muestra:

87, Jueves del primer domingo de Cuaresma. Se muestra preocupado por los problemas reales que tiene la Iglesia y las divisiones de los países católicos:

" Hoy en cambio, recluida y encerrada en un ángulo de la tierra, por nuestros pecados, los turcos le han arrebatado una gran parte, a saber, el imperio de Constantinopla, Grecia, Tesalia, Macedonia, y ahora últimamente Rodas y Hungría. Y lo que queda de Europa está de tal manera corrompido y despojado de su decoro por la herejía de Lutero y de Calvino, que apenas la mitad se mantiene en la verdadera fe y en la obediencia al Papa. Pues sólo Italia, Francia en parte y España permanecen en la fe pura y sincera. Y aun esta pequeña parcela anda metida en discordias y desavenencias que, si Dios no lo remedia, se diría en que breve va a perecer. Porque toda ella se derrumba y se tambalea como una casa ruinosa, y como una nave que, rota su trabazón y perdido el gobernalle, se hunde en el mar. ¡Oh calamidad de la Iglesia, digna de compasión y de lamentos! ¡Oh suerte postrera, que debía acompañar con lágrimas de sangre! " (t. II, pp. 557 y 559).

Como conclusión ofrezco los tres textos magistrales que el autor coloca en el pórtico del artículo y que dan en la diana de las mejores pretensiones del santo padre Agustín y sus selectos hijos, acerca de la verdadera santidad, la coherencia, la vida, no las formas:

"No pretendáis agradar con la forma de vestir sino con las costumbres" (San Agustín, Regla, cap. IV, nº 19)

"Al monje lo hace la regla más que la cogulla" (Sto. Tomás de Villanueva, Conción 293, nº 7)

"Entrega tu corazón y no tu hábito" (Lutero, Sobre el Salmo 4, Ed. de W.A., Weimar 1883, 3, 61)

Ojalá este quinto centenario de un desencuentro nos lleve como desea el Papa Francisco a "mirar con amor y honestidad a nuestro pasado y reconocer el error y pedir perdón [...] había una voluntad sincera por ambas partes de profesar y defender la verdadera fe, pero también somos conscientes quenos hemos encerrado en nosotros mismos por temor o prejuicios a la fe que los demás profesan con un acento y un lenguaje diferente . Lund, 31 de octubre de 2016

P.D. La foto corresponde al lienzo custodiado en el Convento de PP. Carmelitas de Salamanca.

Santo Tomás de Villanueva y Lutero ( La Ciudad de Dios (San Lorenzo del Escorial), 229 (2016) 467-501).


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