Revista Mundo animal

El hermano guincho

Por Alvalufer

Hacía muchos años que las águilas pescadoras no nidificaban en la península hasta que en la pasada temporada se logró tal éxito en Marismas del Odiel(Huelva).El plan de reintroducción de esta especie está costando esfuerzos considerables y si antes estaba seguro de que merecía la pena abrir este frente de batalla ahora lo creo más firmemente que nunca.Amigos lectores,si os acabo de decir que apenas hay águilas de esta especie en la península os podeis imaginar la que podemos liar las personas a las que nos gusta salir a la naturaleza cada fin de semana para ver alguna aunque sea de lejos,la ilusión que puede hacernos el simple conocimiento de que algún ejemplar ha sido visto en no sé donde camino de no sé qué .Pues bien,ahora llego a Cabo Verde y ocurre que tenemos una de mascota,como os lo estoy contando,lo último que imaginaba tras tantas horas para ver una a medio kilometro era tener una todo el día al lado.Esta es la historia del guincho,como es llamada en Cabo Verde esta rapaz,que vive en el campamento de tortugas marinas de Ervatao mientras escribo estas líneas.Para ello me baso en anotaciones de mi cuaderno de campo y mi diario de viaje.

pescadora

Contemplar un lance de caza de cualquier rapaz en la naturaleza es un espectáculo que te deja boquiabierto,pero creedme cuando os digo que si este lance se produce en la playa donde un ave que de lejos parece una gaviota cae entre las olas aferrando un pez con sus garras para alejarse acto seguido  a un lugar relajado donde destripar su presa…es insuperable.

Tener un guincho en un campamento con unas 30 personas origina conversaciones y anécdotas múltiples.Este ejemplar dicen que ha estado en cautividad unos 10 meses ya que fue recuperado al caer de un nido,luego fue dejado en el campamento por su dueño y allí ejercita sus alas volando entre los monitores y voluntarios del proyecto.Cuando tiene hambre(cuando no también)pía sin descanso alterando la paciencia de todo el mundo,y es que estar cansado tras una noche de tortugueo y que te despierten los incansables ruidos del ave doy fe de que provoca inmediatos sentimientos bélicos contra el animal.A veces un macho se ha acercado al campamento con propósitos variados para esta hembra tan humana;no sé si es que no se encuentra cómoda con los de su especie,si este macho no puede darle algo que necesite realmente,o si su conducta natural se ha visto truncada por meses de convivencia con nosotros…la cosa es que ahí sigue,pasando del tema.

El guincho ve que alguien va a pescar ,como un resorte espabila,eriza las plumas de la nuca,hace movimientos con la cabeza y despega del tejado del campamento.Posiblemente asimila ese objeto llamado caña de pescar con la comida.Sin dudar vuela alrededor de los pescadores,se aposta en una piedra junto a la gente y a esperar.Pensará ella que para qué preocuparse de pescar si se lo dan en bandejita.Y en efecto,es picar el pescado y sacar la caña que sin tiempo a quitar el anzuelo ya se lanza obscecada sobre las personas,la caña y lo que haya que lanzarse.

El hermano guincho

Pero el guincho también nos proporciona risas además de algún sustillo.Un día vagueabamos en la playa a la sombra,un monitor caboverdiano dormía en la orilla ajeno totalmente a la realidad y el águila con toda la playa para él no tuvo mejor idea que posarse sobre su pierna, el brinco del muchacho fue tremendo,ha de ser horrible estar dormido y despertarte con unas navajas apretándote las piernas.Pero no acabó la cosa ahí esa mañana.Tal y como alzó el vuelo el guincho fue a parar a la toalla de unos turistas guiris de esos que cada día llegan a Ervatao para echar un rato.Hurgaba en sus mochilas tranquilamente sin disimular, sin saber bien cómo reaccionar estos turistas le hicieron gestos,aspavientos y todo tipo de artimañas que espantarían a cualquier animal salvaje…pero no a uno que vive con hombres.Así que allí siguió el guincho.Al final  aceptaron que el animal no iba a irse de su toalla así que lo dejaron en paz y compartieron espacio.

A mí no me gusta que los animales salvajes se acostumbren al hombre,esto esconde numerosos peligros para el animal aparte de que suele pasar que estos animales no pueden ser devueltos a la naturaleza ni nada.Pensé en intentar hacer algo con el guincho,si hay gente que hace cetrería y consigue que las aves vengan a ellos igual podría intentar el acto contrario:asilvestrar a un animal que no consigue alimento por sí solo ni se relaciona exitosamente con los suyos puede ser una idea honrada con el animal y de aprendizaje para mí. Lástima que me faltó tiempo además de otras cosas. Pero intenté algo.Con un amigo del campamento(en quien por cierto nació el amor por las aves de presa a raíz de conocer este guincho,algo realmente bonito) fuimos a pescar,atamos el pescado a una cuerda e hicimos que el ave nos siguiera dentro del agua,algo a lo que al principio se negaba.Una vez dentro me alejé de la cuerda y por lo tanto del pescado para que el animal no me hiciera lances a mí o nos chocaramos,también para que fuera lo más natural posible.Di tirones de la cuerda como si el pescado estuviera vivo y hundí el pescado para que no flotara.Tras varios intentos frustrantes al final el guincho capturó el pescado.Para mí que el ejemplar entendiese que los peces ha de sacarlos del agua y debe capturarlos de esa forma era básico ,creo que con más entrenamiento nuestro guincho habría dominado el arte de la pesca que caracteriza a los de su especie,pero bueno,eso ya quedará en mi mente porque estoy aquí y él allí.Más pensamientos sobre asilvestramiento de aves y técnicas concretas con águilas pescadoras llenaron mi cuaderno de viaje pero ahí se quedarán,no tienen cabida ya,al menos por ahora.En mi recuerdo permanecen imborrables sus conductas.

Al final el animal se tomaba ya todas las licencias que quería,posaba ante nosotros a sabiendas de que en segundos era la estrella ,los flashes le rodeaban mientras ella ponía posturas.Se dejaba tocar,hasta alguna vez se posó encima tan tranquilamente,como si no supiera que sin necesidad de apretar,solo posándose,ya corta levemente la piel de las personas(algo que comprobamos).Parecía sentirse uno más del campamento,tan tranquilo  y sin preocupación alguna salvo cuando algún cernícalo o cuervo venía a estresarlo un poco.

Tras haber convivido con un ave de estas características me reafirmo como ya dije arriba en la introducción en la necesidad de que el águila pescadora vuelva a habitar regularmente nuestras playas,marismas,lagos y toda aquel hábitat que considere.Nuestra naturaleza recobraría otra pieza perdida,otro eslabón curioso e interesantisimo que a buen seguro hará las delicias de los niños y mayores que se acerquen a la naturaleza,uno de  estos animales que caen bien y enganchan a la gente a la defensa de la naturaleza.Mucha suerte a todos los implicados en las labores de reintroducción del águila pescadora en todo el territorio nacional,ojalá pronto no sea ninguna rareza toparnos con la rapaz pescadora.

Esta entrada está basada en extractos de mi cuaderno de viaje y de campo,además de los episodios del guincho tengo relatadas muchas más batallitas de naturalista y del viaje a Cabo Verde pero cada cosa a su tiempo.


 


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