Escrito originalmente por un anónimo.
Duele demasiado ver cómo a un hijo le avergüenza a su propia madre.
...Sabes una cosa, no sé por qué Dios es muy malo conmigo, a mi me dió una madre con un solo ojo. No la quería, ¡Cómo le voy a festejar el Día de las Madres o decir algo hermoso si me avergüenza!Cocinaba a maestros y alumnos para mantener a la familia. Un día, mientras estaba en la escuela, mi madre vino para saludarme y darme un dinero, estaba tan avergonzado. ¿Cómo pudo haberme hecho esto a mí? La ignore, la mire mal y la corrí lejos.Al otro día en el colegio, mis compañeros decían:
─"Tu madre tiene un solo ojo!".
─“Ahí viene el hijo de la tuerta".
Así que ese día la confronte y le dije:
─Si solo vas a hacer de mi un hazme reír, ¿porqué no te mueres? ─así le grité inconsciente o no sé por qué lo hice, pero no me arrepentí por lo molesto que estaba con ella.
Ese instante no me detuve a pensar lo que había dicho, estaba lleno de ira. Era ajeno a sus sentimientos. Quería salir de esa casa y no tener nada que ver con ella. Así que estudié muy duro; me dieron chance de ir a estudiar afuera de la ciudad. Luego me casé, compré una casa y tuve hijos. Estaba feliz con mi vida, mis hijos y las comodidades. Luego un día, mi madre me vino a visitar.
Ella no me había visto en años y no conocía a sus nietos. Tocó la puerta, salió mi hija (la más pequeña), escuché un grito que me estremeció, mi niña gritaba:─¡Una tuerta! ¡Papá, me quiere robar!
Los más grandes al salir, se burlaron de ella. Yo quedé callado, dejé que mis hijos se burlaran y la trataran así. La tomé del brazo muy fuerte, la llevé a un lugar aparte y le dije,
─¡Vete de aquí ahora! No te cansaste en hacerme la vida infeliz a mí, ahora vienes a mí casa a asustar a mis hijos. ¡¡¡Vete, no te quiero ver!!! ─le grite a no más poder.
Y ella respondió tranquilamente:
─Lo siento mucho. Me habré confundido de dirección.
Solo la vi cuando se alejaba de mi casa, a duras penas se podía sostener. Pasaron los días, no sabía lo que tenía, no estaba bien conmigo mismo y le mentí a mi esposa; le dije que tenía un viaje de negocios.
Fui a mi viejo barrio por curiosidad y al llegar, observé mi casa de la infancia: está muy vieja y descuidada. Una vecina al verme se acercó y yo traté de huir. Me dijo:
─Espera, tengo algo que darte.En ese momento me dió una carta de mi madre que decía lo siguiente:
QUERIDO HIJO MÍO:
Sé que fui una vergüenza en tu vida, a tal grado que te alejaste de mí, perdóname por no ser la madre que tú querías que fuera, pero sabes una cosa, cuando tenías tres añitos tuviste un accidente, el cual perdiste un ojo y como no quería que los otros niños se burlaran de ti, decidí darte el mío.
En ese instante me solté a llorar y no podía creerlo que me decía; ya era demasiado tarde para arrepentirme. Seguí leyendo:
Sabes, me alegra saber que tienes una familia e hijos que no conozco, pero estoy contenta porque si los pude ver y disfrutar contigo, tus momentos felices porque los veía con el ojo que te regalé. ¡TE AMO HIJO, TE AMO Y PERDÓNAME POR NO SER LA MADRE QUE TU QUERÍAS!
ATTE: Tu querida mamá.
Ella que me dió su vida y un ojo... ¿y yo que le di? Estoy arrepentido de lo que hice durante toda mi vida, pero ya no puedo enmendar mi error; mi madre ya no está en este mundo y solo puedo pedirle a Dios que me perdone por todo lo que he hecho.