Esta es una frase de la película de Richard Donner: Superman.
Y es una gran verdad. Enseguida os explico por qué…
Veréis, hoy para mi ha sido el Día Mundial del Silencio. Una llaga en la lengua me impide casi hablar y al articular cualquier sonido parezco una versión peruana y algo ebria de Chewbacca. Todo el día gruñendo, O sea como todos los días, pero en vez de palabras hoy he utilizado sonidos.
Solo un gramo de Paracetamol me alivió un poco el dolor y pude comenzar a hablar para disgusto de mis compañeros que me consta estaban maliciosamente contentos de mi silencio y de poder estar unas horas tranquilos.
En el trabajo unos me recomendaban tomar aguardiente, otros me pedían que tomase agua con sal, unos cuantos decían que lo mejor era Aftex y yo cariñosamente los fui mandadno a todfos a tomar por el culo uno a uno. En silencio, claro. Con la mirada, así cerrando los ojos como un chino con miopía.
Ya en casa descubrí que el vínculo entre Raquel y yo se ha estrechado en los últimos tiempos (the last times) hasta un punto insospechado. A las nueve de la noche, cuando el dolor es más agudo y mi boca parece un campo de batalla, ella llega a casa y aunque prácticamente no puedo ni abrir un poco la boca, nos entendemos de la misma manera que lo hacen Han Solo y Chewbacca.
-¿Que tal cariño?
-Grrruaaaa…-aullo moviendo la cabeza y el cuello a lo Ray Charles como haría Chewbacca.
-¿Ah si? ¿Y donde lo has dejado?
-Grrrrruuuuuuaaaa…rrowwwr
-Ponlo mejor en la habitación de…
Un segundo, no puedo contaros todavía de quién es esa habitación. Volvamos hacia atrás. Viajemos en el tiempo, hasta hace tres meses y tres semanas, cuando si en el mundo había preocupaciones la verdad es que no me acuerdo.
Ese día al levantarme no me podía imaginar que sería mi último día como “no-padre en potencia” de mi vida.
-Cariño, a lo mejor estoy embarazada.
Al escuchar esa frase los testículos adoptaron una posición nunca antes conocida por este que escribe. De hecho, aún los estoy buscando, depende del día cambian de lugar.
-Y me he comprado un test…
-¿Y a qué viene ese afán de conocimiento, cariño?
-De embarazo amor, de embarazo.
-Ah claro…pues nada sopla, sopla…
Esto deja claro mi conocimiento del mundo de los hijos, de la prenatalidad y de la madre que me parió.
Diez minutos después el “Predictor” (mi único contacto con él hasta ahora había sido en la canción “Ave Lucía” de Sergio Dalma) nos dice con dos barritas que voy a ser padre.
Estoy contento, pero con esa alegría que tienes cuando le escribes la carta a los Reyes. Cuesta asimilarlo. Mi primera pregunta me la hago en silencio para que en ella no cunda el pánico.
¿Estoy capacitado?
Evidentemente no, pero por si tenía alguna duda, ella me lo confirma.
No, cariño. No estás capacitado
Le demuestro que su percepción es falsa, que soy lo suficientemente maduro y que puedo con esto y mucho más. Pienso en eso mientras busco billetes de tren a Yemen. Es broma. No eran a Yemen.
Los primeros momentos son de shock. ¿Un hijo o una hija? Esto lo va a cambiar todo. Pero soy feliz.
Juramos no decírselo a nadie de momento y por supuesto los dos faltamos a nuestra palabra en menos de 24 horas. Algo nos dice que seamos cautos, pero algo más fuerte nos empuja a compartirlo con la gente que queremos. Con nuestra familia y amigos…bueno y con compañeros de trabajo…y también con conocidos de vista…y con el tío que nos trajo las pizzas 48 horas después. Hasta le escribí una carta a Stallone para contárselo, pero al final no la eché por que tampoco hay que contárselo a todo el mundo.
En fin, pero primero había que decírselo a la familia. ¿Cómo se lo tomarían? La de ella genial eso lo supe desde el principio, pero, ¿y la mía?, ¿mi familia qué?
Nosotros que somos como Los Colby, pero sin el dinero y sin pelucas. Nosotros que tenemos todos ese carácter tan especial que recuerda a un guerrillero vietnamita estreñido. Nosotros…Los Cruces.
Y lo más importante…como reaccionaría yo mismo unas horas después al conocer que en realidad, no voy a tener ni un niño ni una niña, que todo era una quimera, que Raquel y yo estábamos totalmente equivocados y que no íbamos a ser padres de un hijo.
Si todo va bien en noviembre seremos padres de dos.
Continuará…