La leyenda china sobre el hilo rojo del destino ha sido la inspiración para la artista Beili Liu que la ha expresado plasticamente haciendo uso de miles de bobinas de hijo rojo hechas a mano y colgadas desde el techo, creando así la metáfora visual de esta leyenda.
De esta forma cada bobina está perforada en el centro por una aguja de coser para que queden suspendidas a escasos centímetros del suelo. Los discos de un mismo hilo están conectados formando pareja.
Todas ellas suspendidas en el espacio y a meced de las sutiles corrientes de aire se balancean sigilosamente haciendo que los discos giren a la vez que van soltando lentamente parte del hilo hasta que lleguen al suelo y allí algunas se enreden.
Web de la artista Beili Liu.