Douby trata de impedir el tiro de De la Fuente - ACB Photo / Antonio Martín.
Sabía que ocurriese lo que ocurriese iba a ser el gran foco de atención al final del encuentro, pero Carlos Jiménez (Madrid, 1976) se había imaginado otro epílogo para el día de su retirada tras 18 temporadas en la Liga ACB: “Me hubiera gustado otro final y ser protagonista por haber logrado el objetivo”. El gran capitán del Estudiantes hablaba con tristeza y entereza –“el destino ha querido que acabe con una derrota, pero eso dará más valor a lo conseguido anteriormente”– de lo que suponía el descenso de un club histórico a LEB Oro por primera vez. El club del Ramiro de Maetzu fue uno de los fundadores de la Liga Nacional en 1956, que desde 1983 se llama ACB, junto a Barça, Orillo Verde Sabadell, CB Aismalíbar Montcada, Joventut y Madrid. Estos dos últimos se quedan ahora como los únicos que no han bajado de categoría. El Estudiantes perdió en casa por 80-86 ante un Murcia muy entero, que volvió a salvarse del descenso fuera de casa y en la última jornada como hace unas temporadas en Zaragoza. Al Estu no le hubiese valido la victoria porque el Obradoiro venció por 89-94 precisamente al CAI en la jornada que cerró la fase regular y definió los cruces de cuartos de final: Barça-Lucentum Alicante, Madrid-Banca Cívica, Caja Laboral-Bilbao Basket y Valencia Basket-Lagun.
El técnico del Estudiantes hablaba de identidad, de lo que es y representa un club “tan especial”. Unas palabras emotivas de Trifón Poch, que llegó al conjunto estudiantil en marzo para salvarle de la quema y que ha punto ha estado de conseguirlo. Quizás de haber ganado en Manresa en la antepenúltima jornada (78-75) todo hubiese sido diferente. Hipótesis vacías para una afición que ovacionó a sus jugadores después del partido. La plantilla volvió a la pista después y se encontró casi a todos los aficionados, que les esperaban para darles un abrazo simbólico en forma de nombre: “¡Es-tu-dian-tes!”. El nombre como esencia y un jugador que llegó a Murcia tras varios meses parado como héroe para el Murcia: Douby, que acabó por desinflar al Estudiantes con ocho puntos en 1m 04s y del 75-73 se pasó al 75-81 a 1m 29s. El tirador de Brooklyn le puso el lazo al inmenso trabajo bajo los aros de Augustine y al hiperactivo Andrés Miso, que debutó en ACB en el Estudiantes.
Germán Gabriel, infatigableAl Estu le faltó energía al final en un partido en el que hasta entonces se había sentido ciertamente cómodo, incluso en el improvisado concurso de triples inicial con siete para los locales y seis para los visitantes en un primer cuarto singular en el que sólo Augustine anotó un tiro de dos y con protagonismo exclusivo de los exteriores, que lanzaban solos. La puntería desde fuera dejó paso a la pericia en la pintura: surgió el infatigable Germán Gabriel y Rodrigo De la Fuente y Clark bien sueltos bajo los aros. Deane distanció 43-37 al grupo de Óscar Quintana (43-37 a los 17m 28s), pero el Estudiantes se fue al descanso con 49-42 a favor y dependiendo de sí mismo porque el Obradoiro perdía en casa y el Fuenlabrada también caía en Alicante. Con esos resultados el Estu necesitaba ganar por más de 14 puntos, pero lo máximo que logró fue ponerse once arriba un par de veces, ambas replicadas por Miso, que reactivó al Murcia, impulsado después por Augustine y al final por Douby. Para concretar el descenso de los locales por primera vez a LEB Oro independientemente del Obradoiro-CAI y culminando el milagro del Murcia, que en las 18 primeras jornadas sólo ganó cuatro partidos y que en las 16 siguientes se impuso en nueve. ESTUDIANTES 80 (22+27+19+12): Granger (9), Lofton (15), Kirksay (11), Jiménez (3) y Gabriel (17) -quinteto inicial-, De la Fuente (8), Clark (11), Deane (4), Simons (2) y Bullock (0). MURCIA 86 (23+19+19+25): Udoka (10), Miso (15), Douby (17), Barlow (13) y Augustine (20) -quinteto inicial- Sekulic (3), Rejón (0), Jordi Grimau (4) y Franch (4). Árbitros: Pérez Pizarro, García González y Calatrava. Eliminado: Granger, m.40. Incidencias: Trigésimo cuarta jornada de la Liga ACB. Partido disputado en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid. Lleno, 13.500 espectadores, entre ellos tres centenares de seguidores del Murcia.