Revista Cine
¿Encuentran diferencia entre el nombre de la película y el nombre del libro?.¿Es lo mismo El Hombre del Bicentenario que el Hombre Bicentenario?.¿Es una ambigüedad?.Pues, quien generó estas dudas fue el gran Isaac Asimov, y lo solucionó de la siguiente manera.
En el año de 1976 se celebraron los doscientos años de independencia de los EEUU. y como parte de las celebraciones, una revista de ese entonces convocó a un grupo de escritos, entre ellos a Asimov, para que escribieran un relato corto de tema libre que se basara en The Bicentennial man.
Ahora bien, ¿el tema solicitado debería referirse a aspectos de la vida del pueblo norteamericano doscientos años después de su independencia, o a la historia de un hombre que vive doscientos años?.
Debe entenderse que a los editores de la revista les interesaba la primera moción; pero Issac Asimov, haciendo gala de su extraordinaria vena creativa, y aprovechando la ambigüedad para interpretar la propuesta, escribió un fabuloso relato de no más de cuarenta hojas sobre la historia de un robot que a lo largo de doscientos años continuos de funcionamiento, va asimilando todos los aspectos del mundo de los humanos.
Pero; - Don Isaac, ¿porqué un robot? - le preguntaron en alguna revista.Y su respuesta fue - porque no hay nadie que pueda vivir doscientos años, solo un robot puede "vivir" todo ese tiempo -
Asimov ubica a nuestro robot en un escenario futuro, pero tal vez no muy lejano, en donde las máquinas modernas asumen todas las responsabilidades de la servidumbre en el hogar, sin dar respuestas a los pedidos y sobre todo, disponibles las 24 horas del día todos los días.
Entre estos robots, surge uno que de una manera inexplicable su cerebro positrónico aprende más de los debido de la vida humana, llegando incluso a generar sentimientos anhelos y angustias.
En este escenario, el robot adquiere cada vez más conciencia de su entorno y de su misión y la compara con la de los humanos y descubre su inagotable capacidad para adquirir conocimientos y generar riqueza para sus propietarios.
Pero; en este devenir descubre también que las personas son libres cuando son dueñas de sus facultades, por lo que un día sorprende a su amo solicitándole su libertad. Ante ello, se inicia un proceso legal que luego de largo tiempo, le concede al robot su libertad ansiada.
Con el paso del tiempo, ve que las personas que el aprende a amar van desapareciendo con el paso del tiempo por lo que decide buscar la manera de él convertirse también en humano y envejecer a la par de sus seres queridos, y así que solicita al gobierno que lo declaren legalmente humano.
Cuando El Robot, que ya se autonombraba como Andrew cumple ciento cincuenta años, es homenajeado por la sociedad como el robot del Sesquicentenario, y ante la pregunta sobre su mayor anhelo, responde que desea ser declarado legalmente humano antes de cumplir los doscientos años, que es el lapso de vida que el se había autoprogramado.
La petición va a los tribunales y se logra aprobar después de muchos años, instantes antes de que Andrew falleciera. Luego de ello fue declarado legalmente humano y se le recordará como el hombre Bicentenario.
Como secuela a este relato, Asimov junto con Robert Silverbeng escribieron la novela The Positronic Man, que fue en la que se basó la película magistralmente protagonizada por Robin Williams.