‘El Hombre de Acero’: Superman es Jesúcristo.

Acabo de llegar de ver ‘Man of Steel’, un último intento por parte de Warner de resucitar la saga de Superman, algo que intentaron sin pena ni gloria con ‘Superman Returns’ en 2006, película fallida que de tanto respetar el original de Richard Donner, acabó siendo un producto aburrido a caballo entre el homenaje y el autoplagio…

Tras años durmiendo el sueño de los justos, por fin hemos podido ver el regreso a la gran pantalla del que, probablemente, sea el super-héroe más famoso de todos los tiempos, y se nota que han tirado la casa por la ventana, Christopher Nolan , talentoso director que supo resucitar a Batman magistralmente, ejerce aquí de productor, para que Zack Snyder , director de ‘Watchem‘ y ’300′  entre otras, pudiera terminar un film con el sello de calidad que el legado de DC y su legión de fans alrededor del globo merecen.

No me andaré con florituras e intentaré ir directo al grano, ‘El Hombre de Ácero’  va a ser una película muy polémica, y es que han tenido el valor de darle un enfoque bastante salvaje a toda la mitología del héroe, desde su origen, a su aceptación cómo guardián de la humanidad, con un guión sólido y un reparto de lujo, y los efectos especiales más espectaculares que servidor ha visto en muchos años.

Me van a perdonar, aunque seguramente sea de agradecer, que pase por alto los pormenores del argumento, todo habitante del planeta relativamente aficionado al tema sabe de sobra quién es Superman, y además contra menos sepáis del argumento mejor, que como tampoco es que tenga una trama cargada de sorpresas mejor que lleguéis lo más ignorantes posible a vuestro cine.

En lo que si quiero hacer hincapié es en la asombrosa visión de Krypton y de Metrópolis que ofrece la película, el planeta natal de Kal-El da pie a un arranque desgarrado y nada contemplativo que nos presenta un Krypton a la altura de la  Pandora de Avatar, y Metrópolis es esa Nueva York atrofiada y deslumbrante que se plasma en los cómics.

El villano de la función es el General Zod espléndidamente interpretado por Michael Shannon (Boardwalk Empire), fue el caudillo militar de Krypton que en el pasado ya tuvo unas rencillas con el padre de Superman, y que ha venido a la tierra con no buenas intenciones… un alter ego a la altura sin duda alguna.

He alabado antes a los efectos especiales y probablemente me haya quedado corto, realistas pero sin miedo al exceso, originales cuando toca, y siempre creíbles, incluso en aquellos momentos que seguro han sido el terror de toda empresa de efectos especiales implicada en la película, y que son aquellos en los que Superman tiene que volar, no os quiero contar demasiado pero me encanta cómo vuela, lo más realista posible dentro de lo que cabe.

Pero todo no iban a ser alabanzas, la película tiene bastantes fallos, en primer lugar nos intentan hacer una comparativa entre Superman y Jesús de Nazaret, que aparte de gratuita y maniquea, es torpe y descarada, me parece bien que quieran hacer que veamos la figura del hombre de acero como la de un Semidiós capaz de sacrificarse por los demás, pero no hacía falta ponerlo a decir que tiene 33 años, y meterme una conversación con un cura en una iglesia, mientras Henry Cavill habla de espaldas a una vidriera con la cara de jesucristo.

Por otro lado peca de lenta, y es que personalmente, pasado un punto de la película perdí toda empatía con sus personajes, siendo en definitiva un producto que no defraudará a los fans del personaje pero en el que se echa en falta un toque un poco más intimista, no estoy pidiendo reflexivos planos sobre la condición humana y una puesta en escena dogma, no, estoy pidiendo una historia un poco más de andar por casa que nos permita empatizar más con los personajes.