Revista Sociedad
Tras las pistas de la tragedia del tren de Santiago
La libertad tardará en volver a su vida, porque Francisco José Garzón es un hombre deshecho desde el mismo instante en que ocurrió el accidente: ¡Quiero morirme!
La Policía atribuye al maquinista homicidio por imprudencia
Fuentes: EFE y El Mundo
La imagen de Francisco José Garzón Amo es de momentos después del accidente. Aunque ha sido dado de alta, Garzón está detenido, y justo en el momento que cobra fuerza la investigación, se baraja la teoría de que iba fuera de cabina hablando por el móvil.
Esto es todo lo que se teje ahora en torno al hombre conductor del tren que descarriló el pasado miércoles en Santiago de Compostela y acabó con la vida de 78 personas.
Las labores de investigación se centran en averiguar por qué el tren llegó a la curva de A Grandeira, a cuatro kilómetros de Santiago, con exceso de velocidad. El límite fijado para ese tramo es de sólo 80 kilómetros por hora, pero el Alvia Madrid-Ferrol dobló esa cifra y descarriló a una velocidad de 190 kilómetros por hora.
El conductor sufrió golpes en la cabeza, se rompió varias costillas y tiene una fisura que le afecta el pulmón, por lo que tuvo que recibir atención hospitalaria en un hospital de Santiago. Ahora está preso y la libertad tardará en volver a su vida, porque Francisco José Garzón es un hombre deshecho desde el mismo instante en que ocurrió el accidente: ¡La he jodido. Me quiero morir!
Sin embargo, aflora también la razón de que el accidente "no es sólo un fallo humano, tuvo que haber algo más".
En esa línea, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, ha exigido «que la investigación se haga en profundidad, porque no queremos comentarios ni conjeturas».
El conductor lleva 30 años trabajando para Renfe, la operadora pública ferroviaria de España. Desde el año 2000 trabaja como maquinista, primero como ayudante y desde 2003 ya como conductor. "Llevaba más de un año operando esta misma línea", dijo el presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar.
El presidente del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Gonzalo Ferre, ha asegurado que el maquinista del tren siniestrado en Santiago tenía que haber empezado a frenar cuatro kilómetros antes de llegar a la zona donde se produjo el accidente, en la curva de A Grandeira, donde entró a unos 190 kilómetros por hora.
Entrevistado por Efe, Ferre ha apuntado que "cuatro kilómetros antes del lugar donde se produce el accidente (el maquinista) ya tiene la notificación de que tiene que empezar a reducir la velocidad, porque a la salida del túnel tiene que ir a 80 (kilómetros) por hora".
Ferre ha defendido que funcionaron todos los sistemas de seguridad y que, en cualquier caso, el maquinista tenía una hoja de ruta con todas las indicaciones porque "esa es la función del maquinista dentro del tren", es decir, "controlar la velocidad", porque "si no, sería un pasajero".
Ferre ha defendido que no se trataba de una curva peligrosa, ya que "los trazados se realizan en virtud de la geografía que atraviesan", es decir, que están adaptados a ella. También ha descartado que se trate de un "punto negro" de la red, porque "un trazado con velocidad de 80 no es más peligroso que un trazado con una velocidad (limitada) a 200 o un trazado con una velocidad a 300". "Sencillamente, es peligroso es circular a velocidades superiores a aquellas que están a signadas a cada trazado", ha insistido, "respetando la velocidad no existe ningún trazado que sea peligroso".
Ha insistido en que todo el sistema ferroviario español es "seguro y con sistemas de seguridad apropiados a todos los tipos de vías y de trenes" lo cual no impide, ha reconocido, que se haya producido "este desgraciadísimo accidente"."Yo sé que es complicado teniendo un accidente tan importante hablar de elementos de seguridad, de la seguridad, pero debo insistir en que tenemos un sistema altamente seguro y la respuesta de los ciudadanos españoles está siendo ésta: las personas siguen utilizando el ferrocarril, dentro de la pena y el dolor que tenemos, con naturalidad y con aprecio de su sistema ferroviario".
OTRA HIPÓTESIS
La línea en la que tuvo lugar el accidente no está dentro del ERTMS, un sistema que impide que un tren supere la velocidad máxima fijada o desconozca las señales de parada y con el que sí cuentan, entre otros, los AVE que unen Madrid con Barcelona.Lo que sí había en el tramo en el que se produjo el siniestro es el sistema ASFA, un dispositivo autómatico que avisa de que se sobrepasa la velocidad fijada, y que obliga al maquinista a obedecer a la indicación o automáticamente se activa el freno de emergencia hasta la detención.Desde el Sindicato de Maquinistas se asegura que se "podía haber evitado" el accidente si el tren hubiera contado con el sistema ERTMS.
IDENTIFICADAS LAS 78 VÍCTIMAS MORTALES Tres días después se dan por identificadas los cuerpos de las 78 víctimas que hasta el momento se dan como cifra de muertos en el accidente ferroviario del Alvia.
Un total de 75 víctimas han sido identificadas a través de huellas dactilares, mientras que los restos de otras tres personas han tenido que ser sometidos a pruebas genéticas.
La cifra de 78 víctimas mortales no puede considerarse definitiva hasta que se terminen los análisis genéticos que se están realizando de otros restos humanos localizados en el lugar del accidente, aunque se baraja la posibilidad de que pertenezcan a alguno de los fallecidos e incluso a los heridos.Quedan 71 heridos ingresados, 31 en estado crítico.
La Consellería de Sanidade ha precisado que de las 31 personas en estado crítico, 28 son adultos y tres menores que se encuentran en la UCI pediátrica.
La libertad tardará en volver a su vida, porque Francisco José Garzón es un hombre deshecho desde el mismo instante en que ocurrió el accidente: ¡Quiero morirme!
La Policía atribuye al maquinista homicidio por imprudencia
Fuentes: EFE y El Mundo
La imagen de Francisco José Garzón Amo es de momentos después del accidente. Aunque ha sido dado de alta, Garzón está detenido, y justo en el momento que cobra fuerza la investigación, se baraja la teoría de que iba fuera de cabina hablando por el móvil.
Esto es todo lo que se teje ahora en torno al hombre conductor del tren que descarriló el pasado miércoles en Santiago de Compostela y acabó con la vida de 78 personas.
Las labores de investigación se centran en averiguar por qué el tren llegó a la curva de A Grandeira, a cuatro kilómetros de Santiago, con exceso de velocidad. El límite fijado para ese tramo es de sólo 80 kilómetros por hora, pero el Alvia Madrid-Ferrol dobló esa cifra y descarriló a una velocidad de 190 kilómetros por hora.
El conductor sufrió golpes en la cabeza, se rompió varias costillas y tiene una fisura que le afecta el pulmón, por lo que tuvo que recibir atención hospitalaria en un hospital de Santiago. Ahora está preso y la libertad tardará en volver a su vida, porque Francisco José Garzón es un hombre deshecho desde el mismo instante en que ocurrió el accidente: ¡La he jodido. Me quiero morir!
Sin embargo, aflora también la razón de que el accidente "no es sólo un fallo humano, tuvo que haber algo más".
En esa línea, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, ha exigido «que la investigación se haga en profundidad, porque no queremos comentarios ni conjeturas».
El conductor lleva 30 años trabajando para Renfe, la operadora pública ferroviaria de España. Desde el año 2000 trabaja como maquinista, primero como ayudante y desde 2003 ya como conductor. "Llevaba más de un año operando esta misma línea", dijo el presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar.
El presidente del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Gonzalo Ferre, ha asegurado que el maquinista del tren siniestrado en Santiago tenía que haber empezado a frenar cuatro kilómetros antes de llegar a la zona donde se produjo el accidente, en la curva de A Grandeira, donde entró a unos 190 kilómetros por hora.
Entrevistado por Efe, Ferre ha apuntado que "cuatro kilómetros antes del lugar donde se produce el accidente (el maquinista) ya tiene la notificación de que tiene que empezar a reducir la velocidad, porque a la salida del túnel tiene que ir a 80 (kilómetros) por hora".
Ferre ha defendido que funcionaron todos los sistemas de seguridad y que, en cualquier caso, el maquinista tenía una hoja de ruta con todas las indicaciones porque "esa es la función del maquinista dentro del tren", es decir, "controlar la velocidad", porque "si no, sería un pasajero".
Ferre ha defendido que no se trataba de una curva peligrosa, ya que "los trazados se realizan en virtud de la geografía que atraviesan", es decir, que están adaptados a ella. También ha descartado que se trate de un "punto negro" de la red, porque "un trazado con velocidad de 80 no es más peligroso que un trazado con una velocidad (limitada) a 200 o un trazado con una velocidad a 300". "Sencillamente, es peligroso es circular a velocidades superiores a aquellas que están a signadas a cada trazado", ha insistido, "respetando la velocidad no existe ningún trazado que sea peligroso".
Ha insistido en que todo el sistema ferroviario español es "seguro y con sistemas de seguridad apropiados a todos los tipos de vías y de trenes" lo cual no impide, ha reconocido, que se haya producido "este desgraciadísimo accidente"."Yo sé que es complicado teniendo un accidente tan importante hablar de elementos de seguridad, de la seguridad, pero debo insistir en que tenemos un sistema altamente seguro y la respuesta de los ciudadanos españoles está siendo ésta: las personas siguen utilizando el ferrocarril, dentro de la pena y el dolor que tenemos, con naturalidad y con aprecio de su sistema ferroviario".
OTRA HIPÓTESIS
La línea en la que tuvo lugar el accidente no está dentro del ERTMS, un sistema que impide que un tren supere la velocidad máxima fijada o desconozca las señales de parada y con el que sí cuentan, entre otros, los AVE que unen Madrid con Barcelona.Lo que sí había en el tramo en el que se produjo el siniestro es el sistema ASFA, un dispositivo autómatico que avisa de que se sobrepasa la velocidad fijada, y que obliga al maquinista a obedecer a la indicación o automáticamente se activa el freno de emergencia hasta la detención.Desde el Sindicato de Maquinistas se asegura que se "podía haber evitado" el accidente si el tren hubiera contado con el sistema ERTMS.
IDENTIFICADAS LAS 78 VÍCTIMAS MORTALES Tres días después se dan por identificadas los cuerpos de las 78 víctimas que hasta el momento se dan como cifra de muertos en el accidente ferroviario del Alvia.
Un total de 75 víctimas han sido identificadas a través de huellas dactilares, mientras que los restos de otras tres personas han tenido que ser sometidos a pruebas genéticas.
La cifra de 78 víctimas mortales no puede considerarse definitiva hasta que se terminen los análisis genéticos que se están realizando de otros restos humanos localizados en el lugar del accidente, aunque se baraja la posibilidad de que pertenezcan a alguno de los fallecidos e incluso a los heridos.Quedan 71 heridos ingresados, 31 en estado crítico.
La Consellería de Sanidade ha precisado que de las 31 personas en estado crítico, 28 son adultos y tres menores que se encuentran en la UCI pediátrica.