"El hombre de una tierra salvaje" (Richard C. Sarafian, 1971)

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Un western atípico, de atmósfera extraña, con mensaje poético y humanista y hechuras naturalistas que cuenta la historia de supervivencia de un hombre malherido al que una expedición que se dirige rumbo a Canadá abandona a su suerte en mitad del salvaje oeste. Ambientación y relato, en cierta modo hipnóticos, cabe atribuirlos al productor Sandy Howard que aprovechó el tirón que había tenido apenas un año con "Un hombre llamado caballo" para reunir de nuevo al propio Richard Harris  y a parte del equipo de aquella sumando a un John Huston como antagonista que firma uno de esos personajes excéntricos que tan bien resultan en pantalla. El argumento no es muy complejo, pero refleja a la perfección el contraste entre la belleza y la crudeza de la naturaleza, la lucha por la supervivencia en un entorno hostil y lo que es mejor, explica con imágenes como el hombre es a veces su peor enemigo al perder de vista lo que de verdad es importante. Destacar que esta película probablemente inspiró a otras  varias que se han hicieron después, todas ellas magnificas,  como "Las aventuras de Jeremiah Johnson" (Sidney Pollack, 1972), "Dersu Uzala" (Akira Kuroawa, 1975) o más recientemente "El renacido" (Alejandro González Iñarritu, 2015).