Estoy a punto de terminarme este libro y, a no ser que la cosa cambie al final, lo que cuenta se puede resumir en la siguiente conversación:
- ¿De dónde vienes?- Manzanas traigo.
Sí, maravilloso todo. Demasiado moderno para mi gusto. Demasiado, no sé, intenso, raro, elevado, para que llegue al lector normal. Supongo que, como en todo, habrá fans acérrimos para los que cada palabra tendrá un significado, oculto o no. Pero que se enterarán de algo, digo. Los habrá, no digo yo que no, pero servidora no ha conseguido profundizar en la historia. Ni un poquito.
Y eso que el planteamiento no está mal. ¿Qué hubiera pasado si la II Guerra Mundial la hubieran ganado alemanes y japoneses? ¿Qué hubiera sido de nosotros? Y por ese nosotros entendamos a esa civilización que nos contempla y nos domina, la norteamericana, que, a su vez, se nutre de la europea. ¿Cómo sería el mundo? ¿Quiénes mandarían? ¿Cómo se viviría?
Visto así, no me digáis que no tiene buena pinta. Además han rodado una serie basada en el libro que todo el mundo está ya aplaudiendo. O sea, que tenía todas las papeletas para gustarme. Pero no. Tras las primeras 50 páginas decidí terminármelo porque es una novela relativamente corta, 200 y pico marca mi chisme para leer. Si llega a tener más de 300 sigue con ese rollo de historia que no hay ni por dónde pillarla, Rita Marley, oiga.
Y ni así, que será muy corta, pero me quedan todavía unas 60 páginas y es un sufrir todo. A ratos, no digo yo que no, a ratos parece que veo la luz y entiendo algo de lo que quiere decir el autor. Ese desprecio por cualquier rastro de cultura norteamericana moderna, esa adoración en cambio por todo lo que suene a antiguo. Esas ganas de, por tanto, borrar del mapa cualquier tímida acción de reivindicación de un país, de una historia común. Esa crueldad sádica, tanto de los japoneses como de los alemanes. Esa conexión lector-personajes. Nosotros nos planteamos cómo hubiera sido. Ellos se plantean lo mismo, cómo sería su mundo si los Aliados hubieran ganado la guerra. La reflexión para el lector es inmediata. ¿Estamos mejor de lo que podríamos haber estado? Hombre, pues sí. Para qué engañarse. Aunque claro, el mundo, así en general, tampoco es que esté para tirar cohetes.
Si el libro no está mal, no. Pero es que el autor escribe de un raro... los personajes tienen unas conversaciones tan extrañas... Es una atmósfera tan agobiante... Aaagh. Necesito volver a la literatura normal. Ya.