Cómo pie del tema, comenzaré diciendo que el texto es escrito por una mujer, y que espero sea del agrada del lector.
En las etapas de nosotras mujeres, cambian los ideales de el hombre con el que deseamos compartir nuestra vida.
En preescolar y primaria, solemos enamorarnos de aquel niño que nos persigue y que desea jugar con nosotros en el recreo.
Al pasar a la secundaria, el interés se inclina en los adolescentes que forman parte de algún grupo de baile (los más populares) y se hacen notar más por que detras de ellos tienen grupos de chicas de distintas escuelas.
Hasta este momento todo llega a ser visual y simple.
Pero cuando entras a la etapa de la preparatoria y la universidad, las cosas cambian, comienzan los corazones rotos y las lágrimas por qué en este punto ya se empiezan a desarrollar los sentimientos más intensos.
Desde el momento en que se involucran los sentimientos, las cosas se tornan de una forma diferente.
Todas, soñamos con el príncipe azul, casarse, vivir junto a él y tener muchos hijos o una mascota (en muchos de los casos ambas cosas) y vivir felices para siempre como si de un cuento de princesas se tratará.
En el transcurso de los años, la idea cambia y sabes que no todo es como uno se lo imagina.
Que vivir en pareja no es nada fácil, y que para adaptarse a las costumbres de alguien, ambos tienen que poner de su parte.
Las perspectivas son diferentes y los requisitos que se buscan ya no son visuales , sino que también tenga cualidades interesantes, como que sea limpió, tenga sentido del humor, sea perfeccionista y sea adaptable ( entre muchas otras)
Pero eso no es suficiente porque dentro de un par de años nada de eso importará, las situaciones cambiaran y se requiere abrir la pupila bien y notar a aquella persona responsable, con estabilidad emocional, honrado, amable y solidario.
Porque como bien se dice en cierto momento el físico pasará a segundo término, y que el cuerpo por servir se acaba. (Literal)
Y que cada quien es perfecto a su manera, pero algunas veces solo miramos superficialmente y no nos damos el tiempo de conocer el alma de las personas.
Porque como persona quiero ser amada por mis cualidades y no por mi apariencia, mi cuerpo, o mi rostro.
Pero de antemano sé también que para que eso suceda, como persona debo de estar bien conmigo mismo, ser feliz para compartir mi felicidad con alguien más y estar en paz con uno mismo. (Todo recíproco)
No existe la persona perfecta, pero si la correcta.