Revista Cultura y Ocio

'El hombre que plantaba árboles', de Jean Giono

Publicado el 03 febrero 2014 por Carm9n @Carmenyamigos

'El hombre que plantaba árboles', de Jean Giono
"Imagino que Jean Giono habrá plantado no  pocos árboles a lo largo de su vida. Solo quien ha cavado la tierra para acomodar una raíz o la promesa de esta podría haber escrito la singularísima narración que es 'El hombre que plantaba árboles', una indiscutible proeza en el arte de contar... Y esa es la conclusión: estamos esperando a Elzéard Bouffier antes de que sea demasiado tarde para el mundo."  
   (José Saramago)
En torno a 1950, una editorial norteamericana encargó a Jean Giono (1895-1970) que escribiese una historia sobre un personaje real que resultase inolvidable. Y Giono escribió El hombre que plantaba árboles- para "hacer que la gente amase los árboles (...) que amase plantar árboles"- una historia realmente inolvidable pero que al ser su protagonista un personaje ficticio fue rechazada por la editorial. A partir de 1953 el relato circuló libremente, tras ceder el autor todos sus derechos, siendo traducido a doce idiomas y dando pie a la concienciación y creación de asociaciones en defensa de la reforestación. La semilla de la preciosa historia empezaba a  dar su fruto... El hombre que plantaba árboles es un bello y poético relato, aunque sobrio y de corte realista, que cautiva por su sencilla y aparente modesta propuesta. Un joven caminante por parajes desolados e inhóspitos del sur de Francia se topa en su deambular con un solitario, parco en palabras y analfabeto pastor, Elzéard Bouffier, que se dedica a plantar encinas y robles en la desértica zona. Las tierras no son suyas, ni siquiera conoce a los propietarios, pero su generosidad, su humildad, la sabiduría del saber esperar, su amor por la Naturaleza dirigen sus pasos. Bouffier logrará así la felicidad de la Tierra y la suya propia. Como bien decía al narrador un guardia forestal,
"Sabe más que nadie. ¡Ha encontrado una forma perfecta de ser feliz!"
'El hombre que plantaba árboles', de Jean Giono 
Tras este encuentro con este sereno y humilde pastor que vive muy modestamente, el narrador se irá a luchar en la Gran Guerra. Volverá una segunda vez tras el fin de la contienda y en una tercera ocasión tras la conclusión de la II Guerra Mundial. Como podrá comprobar, nada, ni siquiera las guerras, ha alterado el discurrir de  la vida sencilla y apacible de este pastor que, poco a poco ha conseguido cambiar el paisaje de la zona. Los páramos desérticos son ahora, tras cuarenta años, vergeles de verdes bosques, arroyos y manantiales. Y, lo que es más, como consecuencia de este rebrotar de la vida se ha modificado también el paisaje humano, haciendo más afables y humanos a los propios habitantes. Hombre y Naturaleza en un vínculo indisoluble. 
"Todo había cambiado.  Incluso el aire. En lugar de los vendavales secos y brutales que me acogieron las primeras veces, soplaba una leve brisa cargada de aromas. (...), y eso fue lo que más me emocionó, habían plantado un tilo que debía tener unos cuatro años, ya lozano, símbolo incontestable de la resurrección." 
El hombre que plantaba árboles es un pequeña joya, una muy recomendable fábula sobre la bondad y sobre la esperanza en los tiempos por venir. Imprescindible.
"Para que el carácter de un ser humano desvele cualidades verdaderamente excepcionales, hay que tener la fortuna de poder observar su actuación durante largos años. Si dicha actuación está despojada de todo egoísmo, si la idea que la rige es de una generosidad sin par, si es absolutamente cierto que no ha buscado ninguna recompensa y que, además, ha dejado huellas visibles en el mundo, entonces nos hallamos, sin duda alguna, ante un carácter inolvidable."
 EN MEMORIA DE MI PADRE, un hombre inolvidable que amaba a los árboles  

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