El 26 de septiembre de 1983, durante la Guerra Fría se produjo el llamado Incidente del Equinoccio de Otoño, que colocaría al mundo a escasos segundos de un apocalipsis atómico.
A las 00:14 hora de Moscú un satélite soviético dio la alarma de que cinco misiles norteamericanos se dirigían a territorio soviético y en 20 minutos alcanzaría la URSS.En aquel tiempo Stanislav Petrov, teniente coronel del ejército soviético era el encargado de una estación soviética de satélites que vigilaban a los Estados Unidos. Petrov sólo tenía que apretar el botón rojo para desencadenar la respuesta nuclear soviética. Y no lo hizo. Identificado correctamente que la alerta de ataque era una falsa alarma. Los soviéticos le obligaron a retirarse anticipadamente por no haber seguido el protocolo y decidieron ocultar el incidente. Pero con su acción Petrov nos salvó de una segura guerra nuclear.En sus propias palabras:“No se puede empezar una guerra nuclear con sólo cinco misiles”