No nos dejemos engañar por las, aunque cortas, muy efectivas e impactantes, peleas o los tiroteos. Esta no es una película de acción al uso. Ni si quiera es un thriller en su conjunto. Es puro drama envuelto en subtramas de drogas, gangster, venta de órganos, explotación infantil, y demás truculencias que pueden salir de la mente del ser humano. ¿Pero qué mueve al protagonista? Una mera sensación de afecto, de cariño, la posibilidad de recuperar las sensaciones ya olvidadas por la tragedia. Y en eso se basa todo el film, en el afecto o en el amor, intentando que no lo olvidemos con pequeños detalles, tanto en momentos negativos (la niña con las uñas pintadas, el asesino y la tirita o ya en la ambulancia) y positivos (el quiosco, la amistad del pasado). A nivel interpretativo, tres personajes están muy por encima del resto: la niña, el protagonista y el asesino. Todos perfectos, tanto en sus caracteres base, como en los matices tan importantes en esta película. Merece que todo el mundo la vea.
Mi Puntuación: 8.9