Muchos
políticos y periodistas critican al Rey por operarse en un hospital privado y
no en uno público como el madrileño de La Paz, donde murió Franco, cuando la titularidad
no hace peores o mejores a los pacientes.
Don
Juan Carlos será intervenido en el Hospital Universitario Quirón, donde
atienden a ciudadanos comunes y a numerosos políticos y periodistas: ocho
millones de españoles tienen mutuas o seguros privados compatibles con la Seguridad Social y pueden acudir a
hospitales particulares.
Quirón tiene
conciertos con la Seguridad Social, con compañías y mutuas, como las
Asociaciones de la Prensa, Muface, para funcionarios, o el Parlamento: atiende
a los diputados y sus familias, incluidos los de IU o los independentistas.
Cuando nacía
la heredera de la Corona, la Infanta Leonor, en el Hospital Ruber Internacional,
privado, a pocos metros de distancia intervenían de cáncer a la asistenta en la casa de este
cronista, enviada por la Seguridad Social cuyos centros estaban saturados entonces;
por eso construyeron una decena poco después.
Exigir la
exclusividad de lo público demuestra la demagogia de políticos y periodistas que
ocultamos nuestros privilegios en el Quirón y otros hospitales similares, semipúblicos o privados.
Ocasionalmente,
como en el caso de la asistenta, que sigue viva, el sistema privado atiende a españoles
de todo origen cuando la Seguridad Social cree que los enfermos lograrán la atención rápida que necesitan.
El grupo Quirón fue creado en Zaragoza por Publio Cordón, secuestrado en 1995 por el Grapo, asesinado por la banda después de cobrar 400 millones de pesetas de rescate.
Lo que era un embrión, su viuda y la familia l0 convirtieron en una impresionante red asistencial muchas veces más barata y eficiente que la pública, cargada de nóminas inecesarias y vicios como las "peonadas".
Quien vaya a uno de sus veinte hospitales y decenas de centros médicos en España verá ciudadanos comunes, quizás al Rey, y seguramente al líder comunista Cayo Lara et all.
A todo esto, igual el Rey tiene un seguro individual con Sanitas u otra empresa similar, paga entre sesenta y ochenta euros mensuales como ocho millones de españoles, y por eso tiene la misma atención en el Quirón de Pozuelo que cualquier asegurado, aunque el cirujano no fuera Miguel Cabanela, sino uno del hospital no menos bueno.
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