Revista En Femenino

EL HOSPITAL, una cárcel con visitas restringidas

Por Peineta

Hoy vengo a hacer terapia de embarazada, pero terapia de la dura, es decir como mi blog es mío escribo lo que quiero, eso sí sois libres de seguir o plantaros aquí. Me supongo que pasar cierto tiempo con la familia propia y la política hace estragos, es mi caso esta semana de pascua.
Vengo dispuesta a desgranar el tema hospital-parto visitas desde lo más hondo de mis entrañas, porque saben que parir es algo muy íntimo y personal como para tener que sufrir corsés y estereotipos implantados por esta nuestra sociedad española.

 

Cuando vas al hospital a parir, vas tú, tú tremenda y descomunal tripa y el chico majo ese del que te enamoraste como una acelga y que es el culpable de tu estado. A partir de ahí, tu parto no tiene que abrir ningún noticiario, es decir no hay NINGUNA necesidad de avisar a la familia, su sola presencia en la sala de espera no AYUDA: ni a respirar, ni a soportar las contracciones, ni a sacar al bebe, ni a coser ni a ná de ná, más que a ponerte nerviosa y dar por…. (La esperanza de que alguien cercano lea esto….). Por no decir que tienen días, meses y años para verle la cara, y que cuando nacen lo principal es estar con su madre y con su padre no con su tía, su abuela o tu vecina del quinto, acaba de salir de un útero cómodo y protegido a este infernal mundo. Dicho esto es más factible retrasmitir tu parto vía Facebook o wassap, la gente puede incomodar o molestar pero no tienes la obligación de responder, saben que estas de parto.
Seguimos con temas peliagudos, las visitas en el hospital. Debo de ser muy malafollá, pero esta vez me he propuesto hacer lista cerrada, lo han oído bien, quiero limitar mi momento íntimo. Yo tengo sangre andaluza y vena gitana, pero eso de tener a tropecientas personas en mi habitación mirando al mochuelo mientras tú no puedes ni con tu alma o simplemente no te apetece, va ser que no, ¿Por qué? Porque tengo que poner buena cara y hablar con gente que quizás hace meses que no saben de mi vida, o porque tengo que cumplir con un protocolo establecido por tu entorno. Señores, según en qué caso la parturienta suele estar dolorida, molesta, con más sueño que un oso panda y luchando por establecer una lactancia materna con su recién estrenado retoño. En este caso, dar el pecho es sano y natural (esto no lo pienso discutir), pero para algunos al principio suele ser complicado e íntimo y necesitan estar tranquilos, no puedo estar sacando mi teta con la enfermera me ayuda con la historia mientras la mitad de los amigos de tu pareja están comentado la jugada última de su barrio o tú suegra y tu madre discuten sobre el parecido del retoño. Lo sé soy rarita y malafollá, pero habrá más días que patatas para veros y yo no me voy a sentir ofendida porque no vengan al hospital.

hospital

Luego llega el gran tema del año, la familia, si hombre primero va la tuya, esa que no eliges sino que viene de serie y a la que te han hecho que quieras y respetes, compartas o no con ellos ni siquiera el color del pelo, en fin esto es otro tema. Pues tu familia para el hospital desde mi modesto punto de vista, son tus padres, aquellos que te entienden y te soportan con tus dolores, desangres y malos modos. Tus hermanos si los tienes, pero un rato corto que tienen años para disfrutar de sobrinos y a partir de ahí con cuenta gotas, el venir todos los días al hospital y muchas horas no contabiliza en la tarjeta de mejor familiar, el que contabiliza de verdad es el de ayudar a dormir cuando estas agotada, el pasar a dejar comida, el echar una mano cuando la madre se ahoga, ese cuenta doble y hay mucho tiempo para conseguirlo. Dicho esto, llega la familia política, esta tampoco la has elegido y además por alguna razón que desconozco parece ser que la sociedad también te obliga a tenerle cierto aprecio. Esta va a querer también tener su ración de presencia en el hospital y en algunos casos se va a tomar la libertad de invitar a sus amistades que puede que no sean las tuyas. Aquí es cuando es complicado explicarle a tu churri eso de: tu madre no es mi madre, las dos son abuelas, pero el problema es que aquí a parte del bebe, estoy yo que soy la que estoy rajada, con unos pechos doloridos, un miedo de cojones y un sueño insuperable, como supondrás ese estado sólo lo puedo compartir con alguien que me quiera pero de verdad y pueda soportarme a pesar de mi malhumor. No puedo estar en estos momentos de mi vida guardando la compostura.
Señores yo soy de esas personas raras, que no le gustan que le miren mientras duerme, come o se tira un pedo, lo siento soy así y la presencia estática esa tipo “puesta por el ayuntamiento” pues nunca la he visto nada útil. Por no decir que después de una experiencia vivida no quiero repetirla, llámenme loca pero esto de alguna manera tendré que gestionarlo, pero me niego a volver a vivir lo mismo. Lo dicho luego tendré meses en lo que tendré que soportar esas visitas de “venimos a ver al bebe”.
Quizá lo que más duro se me hacen son los amigos, yo soy de esas que ha tenido la suerte de tener a su lado amigos que valen más que cualquier hermano que no has tenido. Que su presencia en el hospital te saca una sonrisa, te relaja que con solo mirarles saben si quieres llorar o gritar y que lo prefieres mil veces más que a cinco tía-abuelas juntas, pero claro esto es difícil de explicar cuando compartes tu vida con Corleone y la familia es la familia.
Sé que no lo voy a conseguir, que no lo voy a saber gestionar, pero quiero que sepan que el hospital no es la clave para demostrarles a unos padres que estas con ellos y que compartes ese gran momento, o sí, pero un mensaje, un regalo acertado o una llamada cuando haya pasado una semana puede ser tan válido o más. Sí lees esto y eres familia de una parturienta, piensa una cosa, si eres su familia directa, pues ya la conoces sabes cómo es, pregúntale que quiere que le apetece que es lo mejor y más cómodo para ella. Eres una cuñada, una suegra o una prima segunda (lo siento cosas peores podrían pasarte ;-), no te enfades, no lo hagas difícil sabes que ella quiere más a su hermana o a su amiga por muy bien que os llevéis. Esta sensible, puede haber perdido en ese quirófano su suelo pélvico, su dignidad o su sangre. Sabe que también ese bebe es parte de tu familia, pero ella es la madre, y tu hermano su padre, hasta ahí todos conformes. Pero llámala después, regálale horas de canguro, preocúpate por ella, eso y sólo eso hará que su hijo sea aún más merecedor de tenerte cerca. No seas egoísta no es el momento.

 


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