En medio del Parque Natural de Los Alcornocales está esta Hacienda Rural, que fue convertida en un hotel con encanto en el que con un trato familiar y delicado te hacen sentir como en casa. Su propietario, David Marín, está presente en todos los detalles: te da las coordenadas para que encuentres el sitio con facilidad, y está allí para recibirte como si fueras un amigo que llega a pasar unos días en su casa.
Lo inmediato al llegar es conocer toda la estructura. Entonces descubres primero la casa donde se han hecho 4 habitaciones, y donde se mantiene una gran y acogedora cocina que era donde se reunía toda la familia del propietario, y en donde hoy puedes comer viendo cómo se preparan tus platos.
Este salón/restaurant se extiende hacia una gran terraza con vistas al jardín que es la prolongación de los fogones y que se espera que este verano funcione como restaurant para clientes externos al hotel, gracias al fichaje de una cocinera muy famosa de la zona.
El picadero de La Bordalla
La otra parte del alojamiento se encuentra en las antiguas caballerizas, que se han acondicionado como un inmenso salón con chimenea, en dónde también se puede comer, y organizar eventos. El Hotel tiene 7 habitaciones, decoradas con mimo, elegancia y sin grandilocuencia. Pero los detalles son extremos: sanitarios de primer orden, Amenities de baño de marca italiana, chocolate de bienvenida, y albornoces para la pareja. Todo lo demás, todos los caprichos que se le ocurran a los clientes, son responsabilidad de los Guardeses de la Finca, Marcela y Jorge, una simpatiquísima y atenta pareja, que están ahí para hacer tu estancia agradable.
Las fabulosas vistas desde la piscina
Las actividades que se pueden realizar en la zona son innumerables, y casi todas enmarcadas en el turismo de naturaleza: senderismo, ciclismo, y la equitación, adquiere particular relevancia en esta finca, ya que David es un experto jinete y criador, que no sólo te alquila los caballos, sino que puede acompañarte en los paseos por la zona. Debe quitar el sentido la ruta equina hasta lo alto de Castellar de la Frontera, un pueblo maravilloso a pocos kilómetros del lugar, del que daremos cuenta proximamente.
Los caminos que llevan a la finca.
Sorpresas naturales en los alrededores de La Bordalla
Por lo demás, no tiene desperdicio la zona, tanto natural como socioculturalmente. Su municipio Jimena de la Frontera es uno de esos clásicos pueblos blancos andaluces que no se pueden evitar en la Sierra de Cádiz. Pero tiene el encanto de no ser de los más abatidos por el turismo, por lo cual mantiene todo el espíritu de pueblo y la cercanía de sus habitantes.
Castellar de la Frontera
El propietario de una Bodeguita en Castellar
La Plaza de Jimena de la Frontera
Por otro lado, y hacia la costa, no sólo tienes acceso a la playa, sino a todo el Glamour de Sotogrande en el que puedes acceder al turismo marino, y a codearte con lo más chic de esta costa en verano. Y lo mejor de todo de estos hoteles con encanto son los precios. Para ello , visita su página web, donde como en casi todos los hoteles hoy en día, obtienes más beneficios reservando directamente con el establecimiento.
Hosteria La Bordalla.
Carretera A405, Ronda-Algeciras, km, 24.
Camino de la Bordalla, s/n
Jimena de la Frontera, Cádiz CP 11339Parque Natural de los Alcornocales[email protected]