No suelo leer muchas novelas románticas, salvo casos como el de Verónica Henry que me fue referida por una gran amiga lectora que insistió en que la lea. Sé que te gustará, me indujo. Y así con esta premisa acepté el reto, y ahora debo confesar que mi amiga no se equivocó.
Este libro es el primero que leo de Henry y no me defraudó. Si bien el ambiente es romántico, no deja de lado algunos aspectos de intriga y también de suspenso al entrelazar la vida y los intereses de dos parejas distintas.
El libro trata sobre un pequeño hotel en la costa inglesa que será escenario de traiciones y de nuevas oportunidades para amar.
Bruno Thorne, propietario del Mariscombe Hotel, es el autoproclamado rey de Mariscombe, una pequeña ciudad de la costa inglesa, tranquila y encantadora, aunque algo pasada de moda. Pero las cosas cambian cuando el londinense George Law compra el destartalado Rocks Hotel, con la intención de transformarlo en un hotel selecto y refinado.
Con la ayuda de su novia Lisa, una atractiva ex modelo, nada parece interponerse en sus planes, pero George no había contado con la aparición inesperada de su ex mujer ni con el aparente interés de Bruno Thorne por Lisa.
Una novela que engancha sin remisión, con protagonistas humanos que despiertan gran empatía, con excelentes personajes secundarios que desarrollan argumentos paralelos muy atractivos. El tema de renovación del hotel está muy bien tratado: vivimos muy cerca del proceso de decoración, las elecciones culinarias, los vinos...