Edición: Lumen, 2013Páginas: 400
ISBN: 9788426422224
Precio: 18,90 € (e-book: 12,99 €)
Hay libros que tienen la capacidad de reconfortar, de hacer sentir cómodo al lector desde la primera página gracias a una narración distendida y agradable que conecta enseguida con él. El hotel de los corazones rotos pertenece a este grupo: relata las vidas de varios personajes de diferentes edades que han sufrido un desengaño amoroso y ahora tienen la oportunidad de volver a empezar, solos o con una nueva compañía. Todo comienza cuando Buffy, un actor jubilado con unas cuantas esposas a sus espaldas, recibe la noticia de que una antigua amante ha muerto y le ha dejado en herencia un caserón en una aldea de Gales. Él decide trasladarse allí y lo convierte en un hotel en el que más tarde se impartirán cursos para personas que acaban de sufrir una ruptura y deben adaptarse a la rutina en solitario, como talleres de cocina o jardinería. Con este punto de partida comienza la obra más reciente de la novelista y guionista inglesa Deborah Moggach (1948), autora del éxito El exótico hotel Marigold, adaptado al cine en 2011.
El hotel de los corazones rotos no pretende engañar a nadie: no se trata de literatura «profunda», no se caracteriza por una gran definición psicológica de los personajes ni aspira a dejar huella. No obstante, si merece la pena es precisamente porque cumple con nota aquello que se espera de él: una lectura entretenida y sencilla que hace sonreír. Su rasgo más interesante es, quizá, el hecho de no limitarse a un solo hilo argumental y, en lugar de eso, hilvanar unas cuantas tramas en las que desfilan perfiles muy diferentes en lo que a edad y profesión se refiere (un escritor veterano, una maquilladora de cine, etc.). Algunos padecen la crisis de la tercera edad; otros están preocupados porque el reloj biológico hace tictac y se les acaba el tiempo para tener descendencia. Esta diversidad de etapas vitales aporta una gran riqueza a la novela, porque en apenas cuatrocientas páginas se condensan muchas vidas, todas ellas con su encanto. En este género lo habitual suele ser centrarse en un tema (el matrimonio, enamorarse después del divorcio, etc.) y elegir protagonistas jóvenes, de modo que se agradece y se valora el esfuerzo de la autora por querer ofrecer algo más.
En segundo lugar, existe una tendencia generalizada a menospreciar la literatura «ligera», como si cualquiera fuera capaz de escribirla bien. Ya he dicho alguna vez que este tipo de novelas también deben alcanzar unos mínimos; no todo vale para hacer pasar un buen rato al lector. En este sentido, El hotel de los corazones rotos sorprende porque tiene unos matices que no se intuyen a primera vista y es más que una simple comedia romántica. Deborah Moggach escribe con oficio, con una narración ágil y unos diálogos repletos de sentido del humor inglés. Sabe sacar el lado divertido de las situaciones y al mismo tiempo trata a sus personajes con afecto, sin convertirlos en meras caricaturas. En algunos momentos su tono me recordó a El insólito peregrinaje de Harold Fry, de Rachel Joyce, por su habilidad para hablar de asuntos serios de forma amable y animada. Además, se merece una mención por la recreación del ambiente acogedor de un pueblo tranquilo, tan alejado del ajetreo de la ciudad que invita a coger un avión y marcharse a Gales de inmediato.
Deborah Moggach
En definitiva, la experiencia de leer El hotel de los corazones rotos se asemeja bastante a entrar en una casa en la que enseguida te hacen sentir bienvenido, porque eso es lo que se desprende de esta historia: ternura, buen rollo, amistad, comprensión, nostalgia y… amor. El argumento del hotel no es más que una excusa para construir una novela coral en la que el protagonismo recae en vidas «normales» de personas de hoy, unas personas que demuestran que nunca es tarde para las segundas oportunidades. Todo un soplo de optimismo que gustará a quienes busquen una lectura sin complicaciones que les ayude a evadirse de la realidad.